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Biología del bronceado natural y artificial

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Escrito por Merche Marín Aguilera

Nuestra estatura, color de ojos, color de cabello…, al igual que muchas características más, vienen determinadas por la genética de nuestro organismo.  También la genética tiene que ver con el color de nuestra piel, y  no sólo eso, sino con la capacidad de nuestra piel a broncearse.

El bronceado natural de nuestra piel es considerado como un mecanismo de defensa ante la radiación solar. Los rayos UV del sol son capaces de romper el ADN y crear mutaciones que, si la maquinaria celular no las repara, puede dar lugar al crecimiento descontrolado de la piel, llevando al cáncer de piel o melanoma.

Los dos factores biológicos naturales básicos que intervienen en el bronceado son:

  • Melanina: Pigmento que se produce en los melanocitos, células que forman parte de la capa más profunda de la epidermis. Además de en la piel, la melanina también se encuentra en el pelo y en los ojos. Su función es la de absorber la radiación UV y bloquearla.  En concreto la melanina se produce en el retículo endoplasmático rugoso y aparato de Golgi de la célula, por acción activadora de la MSH (hormona estimulante de melanocitos).
  • MSH: Esta hormona es segregada por la hipófisis y llega a los melanocitos a través de la sangre.

El diferente efecto de la melanina en respuesta al sol da lugar a una diferente resistencia a la radiación UV, y es lo que viene dado por el fototipo de la piel. Así, cuanto más bajo es el fototipo, peor es la capacidad para asimilar la radiación del sol. Existen 6 niveles de fototipos que van desde una piel muy blanca (fototipo 1) hasta una piel muy bronceada de base (fototipo 6).

Entonces, dado que actualmente lo socialmente aceptado como “belleza” en el mundo occidental es tener una piel morena, existen diferentes mecanismos que de manera artificial permiten el bronceado de la piel:

  • Sistemas artificiales de radiación mediante lámparas UV
  • Colorantes de la piel
  • Estimuladores artificiales de la melanina

Estos últimos están basados en la estimulación en la producción de la melanina por otra vía diferente a la exposición solar. Suponen los métodos más seguros de bronceado, ya que al estimularse la producción de melanina, al mismo tiempo que se consigue un bronceado se crea una protección a la radiación UV.

Esto no ocurre con el uso de colorantes de la piel, que al final son moléculas que aportan color a la piel sin que aumenten los niveles de melanina y por ello no incrementa la protección a la radiación solar.

Dos ejemplos de bronceadores artificiales potenciadores de la melanina son:

  • Bloqueador de la enzima PDE-4D3. Lleva al aumento significativo en la producción de melanina.
  • La forscolina, molécula vegetal derivada de una planta llamada Pletranthus barbatus que estimula la fabricación de melanina.

 Sea de manera natural o artificial, no podemos olvidar que la obtención de un buen bronceado debe ir siempre priorizada por una excelente protección contra la radiación solar. Y es que al final, tanto las pieles morenas como blancas son bellas siempre y cuando sean saludables.