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5 ideas para cenas saludables

5 ideas para cenas saludables

Actualmente, estamos viviendo una doble realidad totalmente contradictoria: por un lado, nos dicen las estadísticas, está aumentando alarmantemente el índice de personas obesas, especialmente entre la población infantil debido, sobre todo al abuso de precocinados, bollería industrial y hábitos poco saludables como escasa actividad física y aumento de horas dedicadas a “atenciones electrónicas” como videoconsolas y redes sociales, y por otro lado, crece el interés de la sociedad por los productos ecológicos y saludables como demuestra el aumento de comercios especializados en este tipo de productos y la creación de secciones específicas en grandes supermercados.

Voy a centrar mis palabras en el segundo de estos aspectos, para ser más exactos, voy a relacionar una serie de pautas encaminadas a hacer más saludables nuestras cenas. Vamos a enfocar el tema no sólo en el aspecto alimenticio sino también pondremos énfasis en una serie de actividades que contribuirán a unas cenas saludables.

Ideas para conseguir cenas saludables.

1. Dieta saludable. Aunque siempre será beneficioso, no tiene sentido seguir unas pautas saludables en la cena si el resto del día no somos lo suficientemente disciplinados como para seguir unas mínimas reglas. Siempre he defendido que la mejor dieta, si no hay ninguna patología ni problemas de intolerancia o alergia, es la variedad, es decir comer de todo: pequeñas cantidades distribuidas en al menos cinco ingestas diarias. Nos servirá de gran ayuda la pirámide alimentaria para organizar nuestras comidas. De esta manera, incluso podremos permitirnos algún pequeño desliz en forma de bollería, fritos…

2. Actividad física. Si conseguimos dedicar una hora al día a realizar algún tipo de actividad física, acondicionaremos nuestro cuerpo para realizar unas digestiones menos dificultosas.

3. Descanso pautado. Sería ideal que dejemos pasar un tiempo prudencial desde el momento en que cenemos hasta el momento de irnos a la cama a dormir. No es conveniente realizar actividad física después de la cena, pero tampoco es buena idea irse a dormir inmediatamente después de cenar. Ese descanso después de la cena nos reconfortará y beneficiará la digestión.

4. Cantidades moderadas. En general, deberíamos ingerir cantidades controladas durante todo el día, pero especialmente en la cena. Un truco que nos ayudará consiste en comer muy despacio, dedicando todo el tiempo que seamos capaces a la masticación.

5. Cocciones adecuadas. Procuraremos incluir los guisos, estofados y elaboraciones salseadas en los almuerzos, y concentrar en la cena las elaboraciones al vapor, a la plancha y al horno. Recordemos que es preferible consumir la verdura cruda en la comida del mediodía y la verdura cocinada por la noche ya que son menos indigestas.

Junto a estas ideas voy a relacionar algunas elaboraciones que contribuirán a conseguir nuestro objetivo. Entre los productos que deberíamos elegir para nuestras cenas deberían prevalecer las verduras, tanto elaboradas al vapor como hervidas, sin descartar la opción de las salteadas y a la plancha. Este último tipo de cocción también será el ideal para las carnes y los pescados. Veamos algunos ejemplos:

* Espaguetis de calabacín con champiñones salteados. Se trata de un plato divertido que nos llevará al mundo de la pasta pero con verdura. Con la ayuda de un cuchillo o una mandolina, haremos tiras muy finas con el calabacín que coceremos en el microondas o que herviremos al vapor. Trocearemos unos champiñones que saltearemos con unos ajos laminados, mezclaremos ambos productos y serviremos con escamas de parmesano por encima: delicioso….

* Verduras salteadas con langostinos. Elegiremos las verduras que más nos apetezcan o, simplemente las que tengamos en la nevera en ese momento. Las cortaremos en juliana y las blanquearemos. Escurriremos y las saltearemos con unos langostinos pelados. Un chorrito de salsa de soja hará el resto.

* Salmón al horno con costra de sésamo. Pondremos a marinar el salmón en jugo de limón y soja una vez salpimentado durante unos 15 minutos. Pasaremos la parte del lomo, no la de la piel, por harina y huevo y rebozaremos en sésamo. 8 minutos de horno terminarán el proceso. Lo acompañaremos con una base de quinoa.

* Pollo salteado con verduras y orégano. Trocearemos una pechuga de pollo en dados pequeños que saltearemos con pimientos rojo y verde y cebolla cortados con unos ramilletes de brócoli. Acabaremos espolvoreando con hojitas de orégano.

* Ensalada de frutas. Para terminar no hay nada mejor que unas frutas de temporada troceadas. En este punto la imaginación nos llevará a aderezar esta frutas con algún zumo, ya sea de naranja o limón con miel, o bien con azúcar o, por qué no, con unas gotas de licor, pero sin pasarnos.

Con estas simples ideas puestas al servicio de unos ingredientes frescos y naturales conseguiremos que nuestras cenas contribuyan a mantenernos con una buena salud con todo lo que conlleva. Os animo a que las pongáis en práctica y ya veréis los resultados.

Curso relacionado: Dietetica

Escrito por Francesc Olalla

Técnico Superior en Restauración con estudios cursados en la Escuela de Hostelería de Sitges, Joan Ramón Benaprés. Es especialista en restauración de colectividades, habiendo trabajado, entre otras, en dos de las más importantes multinacionales del sector. En Serunión como gerente de restaurante en un complejo de oficinas de Sant Cugat y en Compass Group como director de la cocina central de Madrid, ofreciendo un servicio de más de 8.000 comidas diarias. Actualmente, centra su actividad de restauración en el mundo de la docencia.
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