6 claves para fomentar hábitos de autonomía personal en la infancia
En el artículo de hoy vamos a hablar de un tema que considero básico en la educación de la infancia: la autonomía personal.
Pero, ¿por qué es tan importante fomentarla? La respuesta a dicha cuestión se responde en base a un pilar fundamental: la autonomía proporciona seguridad en los niños y las niñas. Además, ésta se consolida a través de los hábitos porque les ayudan a situarse en el tiempo y, por tanto, a adelantar futuros acontecimientos de la vida cotidiana.
Por tanto, debemos potenciarla desde bien pequeños y pequeñas, siempre teniendo en cuenta su edad evolutiva y su ritmo de aprendizaje.
¿Cómo podemos hacer para fomentar hábitos de autonomía personal en la infancia?
A continuación explico 6 claves para llevarlo a cabo:
- Respetar el ritmo de aprendizaje de cada niño/a es fundamental para consolidar la autonomía personal. No debemos olvidar que si les pedimos que realicen tareas/acciones para las que no están todavía capacitados/as para llevar a cabo, les provocaremos frustración y, con ello, una baja autoestima a causa de ésta.
A continuación, encontraréis una tabla de tareas domésticas por edades basada en la pedagogía Montessori:
Fuente: bebesymas
Puede ser de gran utilidad cuando a la hora de elegir en qué tareas pueden ayudarnos.
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Para potenciar la autonomía infantil es imprescindible fomentar la confianza, de esta forma, además de potenciarla conseguiremos que su autoestima aumente y así él/ella se ve capaz de conseguir todo lo que se proponga.
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A medida que van creciendo, los niños y las niñas van teniendo mayor sentido de la independencia. Los adultos debemos recibirlo como algo positivo y no como una disminución de nuestra autoridad porque este hecho forma parte de su crecimiento. Debemos recordar que somos sus guías cuyo principal fin es guiar a la infancia para que sean adultos con pensamientos, con una moral guiada por sí mismos, y esto solo lo podremos lograr si les vamos dejando este espacio para que vayan consolidando su propia personalidad.
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Uno de los hábitos principales que trabajamos en la vida cotidiana de la infancia es la alimentación, por tanto, es muy buen momento para trabajar la autonomía en la infancia. Para ello, podemos empezar, cuando veamos que están preparados/as para ello, a ofrecerles los cubiertos (primero la cuchara y, más adelante, el tenedor y el cuchillo). No pasa nada si se ensucian porque esta es la única de forma de aprender a comer solos haciendo un uso correcto de los cubiertos. Además, podemos ir dándoles un vaso para que aprendan a beber solos. A medida que vayan creciendo y siendo más capaces, les iremos dando más tareas como, por ejemplo, poner la mesa: los cubiertos, los platos, los vasos, etc. Estas les encantan a todos/as, se sienten útiles y, sobretodo, capaces de hacerlo, por tanto, una vez más, confiemos en ellos/as.
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Otro hábito que se trabaja diariamente es el descanso. Para ello debemos ir combinando actividades que requieran más energía (como el deporte) con otras más tranquilas (como la relajación, la explicación de un cuento, etc.). Es necesario saber cuando nuestros/as hijos/as tienen que parar, pues cada uno/a tiene un ritmo y necesita descansar más o menos. Es muy importante ir guiándoles para que se vayan conociendo y así reconocer cuando tienen sueño y/o cuando resulta necesario reponer fuerzas.
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La higiene también forma parte de nuestra vida cotidiana. Desde bebés la iniciamos con el cambio de pañal, la ducha, el aseo diario, etc. De forma paulatina, los adultos iremos dejando que sean ellos los encargados de llevarla a cabo. Para ello, debemos facilitar su colaboración desde que sean capaces y siempre que estén predispuestos a ello. El adulto es el que tiene la responsabilidad de, una vez más, confiar en ellos y dejar que, poco a poco, vayan aseándose solos, ayudando en la ducha, vistiéndose solos, etc.
Como bien he dicho al inicio de este texto, la autonomía personal es fundamental para la infancia. He tratado de describir cómo podemos fomentarla a lo largo de las líneas anteriores. Como conclusión final debo dejar claro una premisa que se ha ido repitiendo constantemente. Y es que creo conveniente recordar que siempre debemos confiar en la capacidad innata del niño/a, dejarles el tiempo necesario para que realicen las tareas por si solos/as y no olvidar que los que vivimos con prisas somos los adultos y, por este motivo, tenemos que aprender a no vivir acelerados y, sobretodo, a no traspasar nuestro día a día “medido milimétricamente en el tiempo” a los/as niños/as porque lo único que podemos generarles es frustración y estrés.
Me gustaría que respondierais a la pregunta formulada a continuación en los comentarios: ¿creéis que los adultos fomentamos la autonomía personal de nuestra infancia? En caso negativo, ¿por qué consideráis que sucede esto?
Curso relacionado: FP de Grado Superior de Educación Infantil
Escrito por Eva Cebollero Pardina