6 Claves para recuperar tu peso después de las vacaciones
Hora que el verano va dando sus últimos coletazos, las playas comenzarán a vaciarse y los bañadores y bikinis quedarán en el fondo de un cajón hasta el año que viene, comienza a preocuparnos la vuelta a nuestro peso.
Porque el verano es viajes, playa, sol, alegría, y buenos alimentos. ¿Quién no se descuida un poco en estas fechas?
Hábitos a examen
Se han terminado las vacaciones. Llega el mes de septiembre y nuestros hábitos deben someterse a examen una vez pasado el esperado descanso que ya ha tocado a su fin. Pero es difícil, ¿por dónde deberíamos empezar?
Puede resultar una ardua tarea la de retomar la rutina, junto con la temida depresión post vacacional, abordar de nuevo responsabilidades y cargas. De nuevo planificar comidas, compras en el mercado, ejercicio físico y recuperación del peso. Todo cuando aún estamos apurando los últimos rayos de sol de los días que siguen siendo largos y cálidos, aún cuando seguimos disfrutando de una cervecita y de esos alimentos que el resto del año – salvo en navidades y otras fiestas- no suele ocupar nuestras despensas y alacenas. Pero ha llegado el momento, hay que comenzar de nuevo y cuando nos damos cuenta… ¡Hemos subido de peso!
Para abordar lo mejor posible los cambios que debemos aplicar, hemos de tener paciencia. Como se suele decir, “Roma no se construyó en 2 días”, y no seremos nosotros quienes desafiemos a la naturaleza queriendo recuperar la figura en tiempo récord.
Recuerda, las prisas son malas consejeras, ¡mucho mejor si es con salud!
6 claves para recuperar hábitos
Por ello, es recomendable comenzar poco a poco, pero con firmeza.
– Comencemos suavemente, pero evitemos caer en la tentación una vez estemos en el supermercado de coger esos dulces, refrescos, helados, y resto de alimentos llenos de calorías vacías que tanto nos hacen dudar si consumir o no. La respuesta correcta, la que diría nuestro angelito sobre el hombro, es NO.
– Comencemos también la rutina física por caminar, recordemos las calles de nuestro barrio, los parques y plazas con paseos ligeros de, al menos, media hora, y avancemos hasta llegar de nuevo a nuestra foma física antes de hacer las maletas este ya pasado verano.
– Reincorporémonos también a la rutina de sueño con calma, quizás los primeros días cueste mucho. Pongámonos el despertador con, al menos, 7 horas de sueño por delante. Es muy probable que la primera semana la rutina de sueño sea un caos, no tengamos sueño por la noche pero nos caigamos rendidos al despuntar el día. Paciencia, esa es la clave. Y alguna infusión, que siempre vienen muy bien.
– Apúntate a algún curso interesante. No hay nada mejor para recuperar la rutina que estar motivad@. Para ello, muchas asociaciones, centros cívicos y empresas privadas organizan talleres y cusos de corta duración y temática atractiva. Puede ser el detonante que te faltaba para tener ganas de que llegue el otoño y, de paso, aprender algo nuevo relacionado con la cocina o con el ejercicio físico. Sin quererlo estarás matando 2 pájaros de un tiro y te sentirás genial, ¿por qué no animarse?
– Lleva una agenda donde controles lo que compras, comes y lo que te queda en la nevera. Será útil conocer qué necesitas, qué gastas y qué tienes aún por utilizar en casa. De este modo, además de contribuir a un mejor aprovechamiento de la comida y a economizar la lista de la compra, serás más consciente de tu consumo habitual de alimentos y por ello capaz de poner más autocontrol. Beneficiará a tu bolsillo y a tu armario, pero cómo no, ¡a tu salud!
– Descubre qué te hace más débil y ¡véncelo! A menudo somos capaces de vernos embriagados por un espectacular pastel una tarta apetecible o un plato de comida rápida, especialmente cuando más cansados estamos y no tenemos ganas de cocinar, o cuando nos dejamos llevar por algún estado de ánimo que nos hace creer que el cuerpo nos pide tal o cual cosa. Esto no es cierto y normalmente contribuye a hacernos sentir mal después de haber pecado, por ello, sé fuerte, conoce tu debilidad y enfréntate a ella, serás capaz de vencerla y de sentirte mejor por ello.
Podríamos enumerar una gran cantidad de consejos y claves para recuperar la forma, el físico e incluso para que sea más llevadero. Pero debemos saber que no existen los milagros. Todo lo que podemos hacer es saber qué se adapta mejor a nuestras necesidades, qué encajaremos mejor y que superaremos con mayor éxito.
Identificar, actuar y recoger la cosecha de los resultados, esa es la mejor clave para volver a nuestro estado con garantía.
El verano ha sido estupendo, ¿porqué no la vuelta también?
Escrito por Noemí Ojeda