Beneficios de la risa en el aula de educación infantil
Un niño sano ríe unas 300 veces al día. A medida que vamos creciendo, tristemente, cada vez nos cuesta más reírnos, de modo que, como adultos al cuidado de niños pequeños debemos ser conscientes de ello y procurar utilizar más este fantástico recurso.
La risa es señal de buena salud psíquica en niños y mayores. Por eso es muy recomendable favorecer el desarrollo saludable del niño si nos mostramos positivos ante la vida y sonrientes. De modo que lo que enseñamos al niño es una actitud, la de buscar la felicidad incluso en los momentos de adversidad. Como hemos dicho en anteriores ocasiones, los niños aprenden por imitación, se fijan en nuestras conductas y las copian. Si desde pequeños les enseñamos a mostrar emociones positivas y expresarse, cuando vayan creciendo serán más capaces de gestionar de forma inteligente sus propias emociones y entender las de los demás.
¿Qué beneficios provoca la risa?
– Favorece la secreción se serotonina, que tiene efectos calmantes y hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
– También se generan endorfinas que provocan alegría y euforia e incluso pueden actuar como analgésico (reducen el dolor) y inmunizando contra la depresión.
– Potencian el sistema inmunológico y por lo tanto, protegen al organismo de infecciones y fortalece el corazón.
– Potencia la creatividad y la imaginación gracias a la liberación de adrenalina.
¿Y beneficios en la educación de la risa?
– Reír y hacer reír aumenta la confianza y la autoestima. Muchos estudios relacionan el sentido del humor infantil con una mayor autoestima.
– Potencia la inteligencia: elaborar y repetir bromas desarrolla aspectos cognitivos como la memoria, el pensamiento lateral, la creatividad, etc.
– Favorece la capacidad del niño para sobrellevar el dolor emocional. Mediante el sentido del humor, los niños pueden aprender a sobreponerse de situaciones adversas más rápidamente como por ejemplo, los castigos, el estrés, las frustraciones, etc.
– Mejora la salud. Reduce el riesgo de cuadros alérgicos, fortalece el sistema inmune, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, etc.
– Es catártico. Ante situaciones de estrés o gran tensión, como por ejemplo una pataleta, enfocarla con sentido del humor ayuda al niño a salir de ese estado y liberar emociones negativas, cambiándolas por positivas. Favorece un estado de relajación.
– Desarrollamos su empatía, ya que para ser gracioso el pequeño primero tiene que ser observador, lo que le ayuda a entender las necesidades de otras personas.
Todo son beneficios, tanto para las educadoras, como para los niños, como para el propio funcionamiento del aula. Aprovechemos este recurso gratuito y como Técnicos Superiores en Educación Infantil hagamos que llegue a todos ...¡a reír!