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Causas de las malas digestiones

Causas de las malas digestiones

Son muchas las personas que sufren de malas digestiones, y en la mayoría de los casos, tras el estudio de la posible causa, no se encuentra motivo aparente. Las digestiones pesadas o molestas, no solo ocurren tras ingestas copiosas, en algunas ocasiones, nos acompañan de manera habitual. Veamos las principales causas y cómo prevenirlas.

Digestión

Podemos definir este término como  el conjunto de procesos de transformación mecánica y químico-enzimática que sufren los alimentos ingeridos, con el objetivo de convertirlos en nutrientes,  sustancias más simples, a fin de ser absorbidos y transformados por todas nuestras células. Toda digestión tiene un orden concreto, a fin de favorecer la absorción de los nutrientes contenidos, dicho de otro modo, el objetivo de la digestión es permitir el paso de los nutrientes a la sangre a través de nuestra mucosa intestinal. Estos procesos consisten en primer lugar en la salivación y la masticación del alimento en la boca; seguidamente se da la digestión  del bolo alimenticio y, finalmente, se lleva a cabo la digestión, proceso complejo y definitivo,  en el estómago y en el intestino que conduce a la degradación de los alimentos con el objetivo de absorber todos los nutrientes.

Hemos de distinguir entre dispepsia o mala digestión y el término indigestión. La dispepsia es el trastorno de la digestión que aparece después de las comidas y cuyos síntomas más frecuentes son náuseas, pesadez y dolor de estómago, ardor y flatulencia. Ésta se cronifica con el tiempo,  mientras que la indigestión es algo puntual que suele durar un período corto de tiempo. 

Los principales signos y síntomas que puedes hacernos sospechar de que estamos padeciendo una mala digestión son:

  • Padecer dolor en la boca del estómago. Este dolor puede ser leve o intento, y de duración variada.
  • Sentir acidez tras finalizar nuestras comidas. Esta acidez se siente como un ardor en la boca del estómago y suele ser bastante molesta.
  • Sensación de saciedad temprana. Antes de finalizar nuestra comida, nos sentimos llenos y pesados.
  • Náuseas, aires, inflamación estomacal, incluso vómitos en el peor de los casos. En algunas ocasiones podemos sufrir estos síntomas justo al finalizar el menú, o incluso a veces a las pocas horas de haber acabado de comer.
  • Presentar diarrea y /o estreñimiento.

Quienes sufren de malas digestiones, afirman que en la mayoría de las ocasiones, las principales causas de asocian a los alimentos que se ingieren. Pero en muchas otras ocasiones, existe un factor emocional relacionado directamente con no sentirse bien tras las comidas. “Las alergias, el estrés y la ansiedad, o la gastritis son causas de una mala digestión”, sostiene Ramón de Cangas, miembro del Comité Asesor del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas (CGDN). No obstante, podemos controlar algunos hábitos que llevamos a cabo en nuestro día a día con el principal objetivo de mejorar nuestras digestiones. En primer lugar, hemos de dedicar un tiempo preciso a comer; las ingestas rápidas no ayudan a tener buenas digestiones. Masticar lentamente los alimentos favorece la digestión. Comer de manera pausada, sentado, masticando despacio los alimentos no sólo favorece la digestión sino que también y reduce el riesgo de molestias, pero además, también  minimiza la absorción de aire que pueda más tarde favorecer molestias como flatulencias o hinchazón. Del mismo modo, hemos de intentar realizar comidas ligeras y poco copiosas, especialmente por las noches. Una dieta mediterránea, rica en frutas y verduras,  es fundamental para mantener nuestra salud a raya. Evitar los alimentos grasos nos ayudará a prevenir molestias gastrointestinales. Abusar de frituras, aceites o platos rehogados puede favorecer las digestiones pesadas. Del mismo modo incrementa el riesgo ingerir grasas animales como pueden ser la mantequilla, el paté o los embutidos. El exceso de una dieta rica en azúcar o la ingesta de alcohol favorecen las digestiones pesadas y un vaciado gástrico más lento.

Una dieta que puede ayudarnos a combatir la mala indigestión ha de tener principalmente alimentos de digestión fácil,  que no irriten nuestro estómago como por ejemplo las gelatinas, los zumos de frutas, los panes y galletas entre otros.  También hemos de tener en cuenta que si evitamos la ingesta excesiva de líquidos durante las comidas podemos prevenir digestiones molestas. Algunos alimentos han de ser de consumo restringido como por ejemplo aquellos que contienen alto contenido en fibra, y aquellos que estimulen la producción de gases como pueden ser  los vegetales verdes, frijoles.

Mantener una dieta saludable y equilibrada, acompañada de la práctica diaria de ejercicio, puede ayudar a nuestras digestiones. No hemos de olvidar, que si más molestias son muy recurrentes o difíciles de sobrellevar, hemos de acudir a un especialista. Nuestro profesional sanitario nos dará consejo sobre que alimentos son los recomendados y que consejos llevar a cabo para manejar las digestiones complicadas. En las ocasiones más extremas, existen fármacos que puedes aliviar los síntomas, siempre bajo prescripción de un especialista.

En resumen, las malas digestiones se pueden combatir con buenas costumbres y hábitos sencillos. ¿Intentamos disfrutar de nuestras comidas de una manera sana y natural?

Curso relacionado: Dietética 

Escrito por Laura Garbayo

Laura Garbayo Hermoso. Licenciada en Bioquímica, Diplomada en Enfermería. Máster en Enfermería Escolar y Máster en Urgencias. Durante mis más de cinco años de ejercicio como enfermera en el servicio de urgencias del Hospital de Barcelona, he procurado no abandonar mi otra vocación profesional, la docencia, la cual vengo desempeñando desde el año 2004. De este modo tengo  la oportunidad de aunar mis dos perfiles profesionales, por los que siento absoluta devoción.
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