Como reconocer las necesidades de las personas dependientes
Según la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia , más conocida como la ley de dependencia , define la dependencia como “el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal.”
Esta definición es muy amplia y genérica, nos habla del termino autonomía, se entiende por autonomía el derecho que tenemos cada uno y una de nosotros y nosotras a elegir nuestro propio estilo de vida. Habilidades como vestirse, alimentarse, tomar decisiones, son necesidades de todas las personas, iniciándose el aprendizaje de estas en los primeros meses de vida y desarrollándose a lo largo de la vida.
Relacionado con la autonomía, nos encontramos con la capacidad, habilidad, autodeterminación, Independenc ciertas tareas y actividades de la vida diaria de las personas.
Hablamos de la capacidad, como la aptitud con la que cuenta cualquier persona para llevar a cabo es decir, la posibilidad o facultad tanto física, mental y social que tiene la persona para llevar a cabo determinadas actividades y conductas que le permiten funcionar en su medio social, en cambio la habilidad hace referencia a la destreza, la facilidad, competencia y rapidez para llevar a cabo cualquier tarea o actividad.
Una persona puede tener capacidad para realizar una tarea, pero no una habilidad para esa misma tarea, por ejemplo, yo puedo tener la capacidad para conducir un coche, pero mi habilidad es baja, porque conduzco de forma torpe.
Otro termino, ligado a la autonomía es la autodeterminación entendiendo que es la capacidad de una persona para actuar libremente y tomar sus propias decisiones. Es un proceso que implica ir ganando control y experiencia en nuestras vidas, por ejemplo, dónde vivir y con quién, qué estudiar, con quién relacionarnos…, son todas decisiones importantes que debemos hacer en un momento u otro de nuestra vida.
Llegamos a otro término anexo a la autonomía, me refiero a la independencia, entendiéndola como la capacidad de la persona para realizar las actividades de la vida diaria por ella misma y sin ayuda de los demás.
Pero, ¿qué entendemos por actividades de la vida diaria (AVD)? Son todas aquellas actividades o tareas que las personas realizamos autónomamente en nuestra vida diaria permitiéndonos vivir de forma autónoma e integrada en nuestro entorno. Se dividen en tres tipos:
1-Actividades básicas de la vida diaria (ABVD)
2-Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD)
3-Actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD).
Para saber reconocer las necesidades de la persona dependiente, nos centraremos en las Actividades básicas de la vida diaria (ABVD), ya que las tareas más elementales de la persona, que le permiten desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia, tales como; el cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad esencial, reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar órdenes o tareas sencillas. Son universales y están ligadas a la supervivencia y condición humana.
Para medir el grado de dependencia en las actividades básicas de la vida diaria, nos basamos en dos escalas:
A) Índice de Katz, donde se evalúa las necesidades básicas de baño, vestido, uso del wc, movilidad, continencia y alimentación. Se basa en el estado actual y no en la capacidad de hacerlas, es decir, se considera dependiente a una persona que se niega a realizar una actividad, aunque se considere que es capaz de realizarla. Presenta 8 posibles niveles de más independiente a más dependiente.
Se asume la siguiente clasificación:
–Grados A, B o 0-1 puntos: ausencia de incapacidad o incapacidad leve
–Grados C, D o 2-3 puntos: incapacidad moderada
–Grados E, G o 4-6 puntos: Incapacidad severa.
B) Escala Barthel, es la escala de valoración funcional para las Actividades básicas de la vida diaria. Consiste en asignar una puntuación en función del nivel de dependencia para realizar dichas actividades. Consta de 10 ítems que son comer, lavarse, vestirse, arreglarse, deposiciones, micción, ir al wc, traslado sillón/cama, deambulación y subir y bajar escaleras. Los valores están entre el 0 (dependiente)y el 100 (totalmente independiente), con intervalos de 5 puntos. A menor puntuación mayor dependencia.
Los puntos de corte para su interpretación son:
-0-20 dependencia total
-20-35 dependencia grave
-40-55 dependencia moderada
-≥60 dependencia leve
-100 independiente
2- Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), son actividades más complejas que las ABVD, y su ejecución requiere de un mayor nivel de autonomía personal. Se asocian a tareas que implican la capacidad de tomar decisiones y precisan interacciones más difíciles con el medio. En esta categoría se incluyen tareas domésticas, de administración del hogar y de la propiedad, como poder utilizar el teléfono, acordarse de tomar la medicación, cortarse las uñas de los pies, coger un autobús, metro o taxi, preparar la propia comida, comprar lo que se necesita para vivir, realizar actividades domésticas básicas (fregar los platos, hacer la cama, etc.), poder pasear, ir al médico, hacer papeleos y administrar el propio dinero, entre otras.
El Índice de Lawton, desarrollado por Brody y Lawton en 1972, valora la capacidad de la persona para realizar las actividades instrumentales necesarias para vivir de manera independiente en la comunidad.
3-Actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD), integran las actividades del área ocupacional del ocio, juego y esparcimiento, así como del trabajo, Se caracterizan por, no ser indispensables para el mantenimiento de la independencia y estar en relación con el estilo de vida de la persona, así como permitir a la persona desarrollar sus papeles dentro de la sociedad.
En conclusión, para saber reconocer las necesidades de una persona dependiente, nos basaremos en las ABVD, utilizando como valoración la escala del Índice de Katz y la Escala Barthel y en las AIVD, utilizando la escala de Lawton.
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Jose Carlos Saz