¿Cómo se originan las conductas disruptivas en niños?

¿Quién no ha escuchado alguna vez a algún padre quejarse del mal comportamiento de su hijo?, ¿Quién no se ha molestado alguna vez por comportamientos molestos de algún niño?, ¿Qué podemos hacer ante ellos?
Antes de tratar el tema de las conductas disruptivas, debemos fijarnos en el concepto de “conducta” como tal. La conducta es todo aquello que hace un ser humano. Palabras como acción, respuesta, actividad,… son sinónimos de conducta.
Por ejemplo, conducta es que Julia escriba en el ordenador o que Daniel juegue a un videojuego.
La conducta es fruto del ambiente. Los factores externos actúan directamente en el comportamiento así como los pensamientos y emociones. Todo lo que ocurre a nuestro alrededor, antes (estímulos antecedentes) o después (estímulos consecuentes), produce aprendizaje de conductas.
Si aceptamos que la conducta se aprende, entendemos que se puede modificar o cambiar, bien sea para aumentarla, para disminuirla, para mantenerla, para eliminarla,… Para ello, utilizaremos lo que denominamos como técnicas de modificación de conducta.
Existen varios tipos de conductas inadaptadas:
- Conductas inadecuadas: aquellas que no se realizan ni en el momento ni en el lugar apropiado.
- Conductas inexistentes: aquellas que el niño debería realizar y no lo hace o bien las hace en un grado demasiado bajo.
- Conductas perturbadoras: aquellas que distorsionan el entorno y afectan al funcionamiento social y académico.
Vamos a fijarnos concretamente en estas últimas.
Cuando hablamos sobre conductas disruptivas, como bien hemos dicho un poco más arriba, nos estamos refiriendo exactamente a todas aquellas pautas de conducta inapropiadas que pueden amenazar la armonía del grupo a través de acciones hostiles o provocadoras que incitan a la desorganización de las actividades grupales. Así, para entendernos bien, son todos los comportamientos que molestan o interrumpen en la buena convivencia del grupo.
Como ejemplos de este tipo de conductas podemos encontrar las dificultades para estar quieto y prestar atención a la clase, la resistencia a las normas, la impulsividad o excesiva lentitud, las peleas con los iguales, la falta de cooperación, etc.
La disrupción dificulta el aprendizaje y las relaciones interpersonales. Este tipo de conductas suelen ser producidas principalmente por niños que quieren llamar la atención de sus compañeros o del adulto referente y que tienen problemas de carencias de normas y/o afecto, muy impulsivos, etc. Se trata de tácticas para probar al adulto y tener protagonismo entre los demás niños.
Asimismo, este tipo de conductas tienen vínculos con el ambiente en el que la persona se desarrolla.
Los factores desencadenantes de dicha conducta pueden ser muy variados pero los vamos a enumerar según 2 sectores:
1.- Factores externos a lo escolar:
Como factores a comentar dentro de este apartado, podemos encontrar los factores personales, familiares o de sociedad.
La familia es la unidad social básica donde el niño se va desarrollando desde que nace; siendo esta la etapa que más incide en la formación de la personalidad, y donde entra en juego todo el sistema afectivo lo cual va hacer que el niño desarrolle una imagen de sí mismo y que se valore o no como persona (autoestima). Cuando existe en el alumno comportamientos inadecuados como son las acciones disruptivas, debemos acudir a los familiares para informarnos como está funcionando la estructura familiar, para identificar la situación actual en la que se encuentran, y por ende el entorno en el que se desenvuelve el niño.
Es importante la relación familia-escuela ya que para regular la conducta del alumno lo primordial seria el enlace entre ambas partes. El acercamiento constante de los familiares a la escuela es de gran ayuda, por tanto, la colaboración que ellos presten, hace que el niño o niña perciba un proceso importante para poder normalizar su conducta.
De todas formas, no hay que menospreciar el hecho de factores desencadenantes de conductas disruptivas a posibles trastornos de la personalidad en el niño u otros factores de sociedad como un posible bullying.
2.- Factores internos a lo escolar:
Como factores a comentar en este apartado, dentro de la escuela los espacios reducidos, el poco lugar para el recreo, la ausencia de normas claras de convivencia, la mala comunicación escuela – familias, la mala organización del centro educativo, etc. Son factores que pueden desencadenar una conducta disruptiva por parte del alumnado. Es necesario estar al caso de cualquier situación que se dé en el aula o en los lugares de recreo de los pequeños.
Además, siempre hay que tener en cuenta que el mismo profesor y su estilo docente, las metodologías expositivas con escasa participación de los alumnos en el aula, las evaluaciones que se basan en la repetición y en la memorística sin dar lugar al razonamiento, etc. Son también factores desencadenantes de este tipo de conductas.
Y ante esto, ¿qué podemos hacer como educadores?, ¿Cómo afrontamos el día a día?
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