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Dieta sin lectina

Dieta sin lectina

Recientemente surge la pregunta acerca de si es la dieta sin lectina la dieta del futuro. Esta guerra abierta en contra de las lectinas recae sobre Steven Gundry, un cardiólogo americano que se está encargando de promover un estilo de alimentación que suprima estas proteínas de la dieta.

Esta alimentación sin lectinas ha saltado a los medios de comunicación tras la publicación de “The plant paradox”, bestseller del prestigioso doctor Grundy que está causando sensación en Los Ángeles. En su libro, Steven Gundry afirma que “Las lectinas no son solo la causa de una mala digestión, producen inflamación porque están diseñadas para atacar nuestras células, es una forma de persuadirnos para no comer esos alimentos. Una sofisticada manera de luchar contra nosotros”. Su novela resume una exhaustiva investigación contra ciertos alimentos que originan inflamación con la confianza científica de que una dieta libre de éstos ayudaría a mejorar ciertos estados de salud.

¿Qué son las lectinas?

En primer lugar nos aborda esta cuestión. Oímos hablar de dietas sin lectinas para reducir la inflamación pero en la mayoría de los casos desconocemos qué actividad tienen estas proteínas que hasta ahora desconocíamos por completo. Las lectinas son un tipo de proteínas que se unen a otras moléculas de azúcares con una elevada especificidad para cada tipo distinto. Esto quiere decir que tienen una codificación muy específica en dicha unión.

Su rol principal reside en el reconocimiento, tanto a nivel molecular como celular. Un buen ejemplo para conocer mejor el papel de las lectinas es que algunas bacterias son capaces de utilizarlas para acoplarse a las células del organismo hospedador durante el proceso de infección.

¿Dónde están las lectinas?

Se encuentran principalmente en vegetales, semillas y legumbres. Los frijoles rojos o alubias rojas están entre los alimentos vegetales con más cantidad de lectinas. Cuando más lectinas poseen es en su forma cruda, aunque este consumo no es habitual en ningún tipo de alimentación.

La soja también es una fuente importante de lectinas. Para reducir su presencia, se cree que con tan sólo hervir la soja a 100°C durante al menos 10 minutos es suficiente para reducir el efecto de sus lectinas, hasta casi anularlo.

El trigo y sus derivados también son muy ricos en lectinas siendo ésta una de las causas por las que muchas personas comienzan a reducir considerablemente su ingesta hasta casi sacarlo de su dieta.

El cachuete es una excelente fuente de minerales que también posee una importante cantidad de lectina. En este caso, ya que el cacahuete no se cocina de forma habitual, sino que consume crudo, la cantidad de lectina que posee queda presente.

Por último, dos de los alimentos más acusados de afectar a la inflamación intestinal por su contenido en lectinas son el tomate y la patata. Las lectinas presentes en estos alimentos parecen no afectar a la salud de la persona que los consume ni alterar negativamente su dieta, pero son los alimentos que más se citan en los estudios del doctor Steven Grundy, así como del nutricionista Allen Campbell, especialista en llevar la alimentación de deportistas de élite como Tom Brady o modelos como Gisele Bündchen.

¿Es preciso mantener una dieta sin lectinas?

La respuesta dependerá del profesional al que preguntemos. 

El famoso cardiólogo estadounidense defiende que hay que pelar y retirar las semillas de los alimentos que contienen lectina y cocinarlos a altas temperaturas. Recomienda no consumirlos nunca crudos. A la vez, cree que hay que eliminar por completo alimentos como el maíz, el tomate y la patata. Aunque también considera importante comer frutas de temporada, vegetales de hoja verde, y alimentos como el pescado, el brócoli, la coliflor o la remolacha.

Los dietistas-nutricionistas, sin embargo, abogamos por una dieta completa, equilibrada y basada en productos de temporada.

La importancia de la alimentación no radica en analizar qué compuesto es, individualmente y aislado del resto, bueno para nuestro organismo. Esto sería un error ya que no ingerimos únicamente un tipo de compuesto o molécula por alimento, sino que ingerimos el conjunto.

Una dieta saludable, basada en la variedad, los productos de calidad y de temporada, respetando el medio ambiente y el cultivo natural de los vegetales, cereales y legumbres, así como los sistemas ancestrales de caza y pesca es la única garantía de salud y supervivencia para el ser humano.

El único debate en torno a la utilización de dietas sin lectinas es el de si ésta es respetuosa y compatible con una alimentación equilibrada. A menudo el mundo de la moda y los personajes públicos aparecen exhibiendo sus excentricidades alimentarias y solemos tratar todas las corrientes de la misma forma, como modas pasajeras sin importancia ni relevancia, pero lo cierto es que cada una de estas tendencias alimentarias nos acercan a conocer un poco mejor los alimentos que nos llevamos a la boca y hacen que nos preguntemos si son la mejor opción.

Por ello, ¿dónde está l límite entre la excentricidad dietética y el avance en materia de alimentación?

Curso relacionado: FP de Grado Superior de Técnico Superior en Dietética

Noemí Ojeda

Diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). Master en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Ciclos Formativos e Idiomas por la Universidad de Sevilla. Especialista en Tratamiento dietético del sobrepeso y la obesidad por la Universidad de Barcelona. Profesora del curso de Técnico en Nutrición y Dietética."
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