Diferencias entre pesadillas y terrores nocturnos
CEAC Blog
04-04-2013
Hoy queremos hablar de las Parasomnias, recordemos que bajo este nombre se incluyen los trastornos que ocurren durante el sueño o durante la transición sueño- vigilia.
Podemos encontrar las pesadillas, los terrores nocturnos y el sonambulismo.
Nos centraremos en dos que muchas veces se confunden y aclararemos las diferencias más significativas:
Pesadillas | Terrores nocturnos |
Sueño pavoroso después del cual el niño se despierta. | Sueño pavoroso que el niño tiene cuando está durmiendo o en estado intermedio de somnolencia, y que no lo despierta. |
La única actividad que se advierte es un ligero movimiento o gemido de defensa unos momentos antes de despertar. | La cara, desfigurada, expresa terror. Los ojos abiertos miran fijamente. El niño se incorpora en la cama o salta del suelo agitado, puede correr desesperadamente, agarrarse a las cosas, gritar, etc. |
El niño se encuentra ya despierto cuando los padres advierten la angustia, y cuando se calma explica de forma coherente lo que ha pasado. | El niño continúa durmiendo durante todo el transcurso del episodio y no puede contar nada de la angustia que sufre. El ataque no puede ser cortado por más que se trate de calmar y tranquilizar al pequeño. |
Cuando el niño despierta reconoce a las personas y objetos que lo rodean. | No reconoce a las personas y las cosas que ve a su alrededor, confundiéndolas a veces con otras y mezclándolas con la trama del sueño. |
No hay alucinaciones. | El niño tiene alucinaciones en las que ve dentro del cuarto los objetos aterradores del sueño. |
Generalmente no hay transpiración. | Por lo general hay transpiración. |
Un rato después, el niño o niña puede estar pensando sobre lo ocurrido. | Terminada la reacción sobreviene instantáneamente un sueño apacible. |
Raras veces dura el episodio más de un par de minutos. | El terror dura hasta 15 ó 20 minutos. |
El niño recuerda el sueño más o menos claramente. El incidente nunca lo olvida. | Hay amnesia tanto del contenido del sueño como del episodio en sí. |
No olvidemos que los terrores nocturnos suelen remitir de forma espontánea en la adolescencia.
Hay que evitar exponer de forma continuada a los más pequeños a estímulos ansiógenos puesto que es un factor de riesgo, así como recordarle que estaremos ahí e intentar hablar con ellos de la forma más natural posible sobre lo ocurrido así como el día a día para que no acumulen estrés.