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Educación emocional: ¿cómo trabajar el autocontrol?

Educación emocional: ¿cómo trabajar el autocontrol?

Todos aquellos que estamos en contacto, a diario, con niños podemos ver con frecuencia como les cuesta controlar sus emociones negativas y se dejan llevar por ellas de forma impulsiva. Una buena forma de trabajar la educación emocional en los niños, es trabajando el autocontrol. Como padres y/o educadores es nuestra responsabilidad ayudarles y darles herramientas y estrategias para que poco a poco puedan ir aprendiendo a gestionar estas emociones y canalizarlas mediante el autocontrol. 

 

Por desgracia, todavía hoy, se suele intentar controlar la impulsividad del niño a través de técnicas de tipo conductista, es decir, a través del uso de premios y castigos como moduladores de la conducta. Si bien, se han mostrado muy eficaces para conseguir erradicar aquellas conductas que no nos gustan en los niños, quizás existen otras opciones más respetuosas con el niño, que implican aprendizaje también, pero  a través del juego y la diversión. 

 

Aquí va mi lista de propuestas para trabajar, desde una perspectiva de la educación emocional,  el autocontrol en los niños, de forma respetuosa, divertida y eficaz:

 

1. “Las pompas de jabón tímidas”.  Este juego comienza explicando un cuento a los niños dónde las protagonistas son unas pompas de jabón muy tímidas que no les gusta que las exploten y que prefieren ser ellas la que “choquen” con los niños, cuando ellas quieran y así estarán muy contentas. Una vez hemos explicado el cuento a los niños, les preguntamos si quieren conocer a estas pompas de jabón tan especiales y si nos dicen que sí, los sentaremos en círculo, encima de unas colchonetas en el suelo, y les pediremos que se queden muy quietos, evitando tocar las pompas de jabón, para que sean ellas que las choquen y exploten cuando quieran.  Para ayudarles, les podemos pedir, a aquellos que les cuesta más controlarse, que se agarren las manos detrás de la espalda.   

2. El juego del semáforo.  Esta técnica, que para los niños es como un juego, resulta muy eficaz para ayudarles a gestionar los comportamientos impulsivos. Básicamente consiste en entrenar al niño para que cuando sienta que está a punto de perder el control a nivel emocional visualice la imagen de un semáforo y se imagine que él es uno.  Primero de todo tiene que ponerse en ROJO y detenerse igual que hacen los coches o las personas, después AMARILLO para dedicar un momento a pensar en lo que ha sucedido e intentar encontrar una solución y VERDE  para poner en práctica la solución encontrada. 

3. La rueda de las opciones. Se trata de una técnica muy usada en disciplina positiva. Aunque no es un juego propiamente dicho, se trata de una herramientas muy eficaz y que otorga el protagonismo al niño, para que este pueda aprender a autorregular su ira.  Se trata de crear una rueda con diferentes opciones que puede usar el niño para calmarse en momentos en los que esté enfadado o frustrado.  La idea es usar una cartulina en forma de “pastel” y que cada porción sea una opción, representada con una imagen.  La parte más asociada al juego viene cuando el niño, sintiéndose desbordado a nivel emociona, decide usar la rueda y hacerla girar y , finalmente, realizar la acción que le ha tocado para conseguir calmarse. Es una técnica fantástica para trabajar el autocontrol en los niños, trabajando además su autoestima y autonomía. 

4. El rincón de la calma. Podemos disponer en casa o en el aula un lugar especial destinado a proporcionar un momento de calma y de autoconexión interior para favorecer el autocontrol. Si que es verdad, que usar el rincón de la calma implica ya un grado de autocontrol, pero con aquellos niños que están trabajando en ello puede ser un excelente recurso complementario. En este espacio podemos incorporar libros, un reloj de arena para controlar el tiempo, una vela (para niños más grandes), utensilios de dibujo y pintura. Arena y agua y utensilios para jugar con dichos elementos, etc. 

5. Fabrica de pelotas anti estrés.  Son muy conocidas en el mundo adulto las pelotitas que al presionarlas una y otra vez provocan un efecto relajante. Con los niños podemos convertirlo en un juego y realizar un taller de fabricación de pelotas anti estrés. Se trata de una propuesta sencilla y divertida. Sólo necesitaremos un globo grueso y arroz y ya tenemos nuestra bolita antiestrés lista! 

6. “Manos a la espalda”. Más que un juego es una consiga que se puede repetir como un mantra hasta que el niño lo interioriza  y se acostumbra. Muy útil para niños muy pequeños que todavía tienen muy poco autocontrol debido a su nivel de desarrollo cognitivo y que necesitan una estrategia rápida y efectiva para poder controlarse un instante. Si, por ejemplo, necesitamos que el niño no puede tocar algo porque puede ser peligroso para él, o bien que no interfiera en el juego o tarea de otro niño, podemos pedirle que se ponga las manos a la espalda y se las agarre la una a la otra. De esta manera, el niño, aprende a auto controlarse a nivel físico y aunque al principio le costará y sólo podrá permanecer así unos segundos, poco a poco irá aumentando el tiempo en que se será capaz de estar en esta postura de “no intervenir”.  

 

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Curso relacionado: Curso de Psicología Infantil y Juvenil 

Escrito por Nancy López Lago

Psicóloga especialista en Terapia Breve Estratégica y Técnica en Educación Infantil. Apasionada por la docencia, el arte de enseñar y el de aprender cada día. Superarse y ser feliz.
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