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Fisiología de un estornudo

Te pica la nariz o la garganta y de repente.. expulsas aire por la boca a una velocidad de: 50-60Km/h. ¿Curioso, eh? No eres capaz ni de mantener los ojos abiertos.

Este acto tan común, sobre todo en etapas invernales, es un mecanismo de defensa de nuestro organismo. Cuando partículas extrañas irritan nuestras mucosas de la nariz o la garganta, las células nerviosas envían señales a nuestro Bulbo Raquídeo. Este órgano, presente en la base del cerebro, controla las acciones involuntarias como por ejemplo el respirar, el parpadear o el estornudar. Una vez la información llega al cerebro, éste envía una señal a los músculos efectores participantes en el estornudo: músculos del abdomen, del pecho, diafragma, los de las cuerdas vocales, los de la parte posterior de la garganta, los bucales y los faciales.

Antes hemos comentado que cuando estornudamos cerramos los ojos. Pero quizás te preguntes, ¿por qué? Principalmente porque forma parte del mismo acto reflejo y, posiblemente como mecanismo de defensa para evitar el desplazamiento de los glóbulos oculares producido por la salida del aire.

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