Las heridas: ¿qué tipos hay y cómo debes tratarlas?
En el ámbito de la enfermería, el tratamiento de heridas es una tarea recurrente, y una de las funciones más habituales de los TCAE. Como persona interesada en cursar un Grado Medio en Cuidados Auxiliares de Enfermería, es importante que conozcas los diferentes tipos de heridas y cómo se deben abordar de manera adecuada.
En este artículo exploraremos las tipologías más comunes y te explicaremos cómo tratarlas de manera efectiva para asegurar la salud de los pacientes. ¡No te lo pierdas!
Tipos de heridas en enfermería: cuáles hay y cómo tratarlas
¿Alguna vez has acudido a la enfermería de tu centro de salud u hospital de confianza para curar una herida complicada? Entonces, seguro que habrás podido comprobar en tu propia piel que esta es una de las labores que los Técnicos Auxiliares de Enfermería dominan a la perfección.
No obstante, quizá no te habías parado a pensar que no existe un único tipo de herida, sino que hay varios tipos diferentes en función de diversos factores: según el mecanismo causante de la lesión, según su profundidad o según el tiempo de cicatrización.
Una herida es cualquier lesión o ruptura en los tejidos del cuerpo, que puede ser causada por factores como cortes, golpes, quemaduras o abrasiones. Se caracteriza por interrumpir la integridad de la piel y los tejidos subyacentes, pudiendo provocar dolor, sangrado y riesgo de infección.
A continuación, vamos a conocer los principales tipos de heridas que pueden tratarse en el entorno sanitario y cómo pueden abordarlas los TCAE de manera efectiva en cada caso. ¡Vamos allá!
Heridas incisas
Empezaremos por conocer uno de los tipos de heridas más comunes, las incisas. Las heridas incisas son aquellas que se caracterizan por tener bordes limpios y una forma lineal o recta, y suelen ser causadas por objetos afilados, como cuchillos o vidrios rotos.
Una herida incisa debe tratarse siguiendo siempre los siguientes pasos:
- Lávate las manos con agua y jabón antes de comenzar.
- Utiliza guantes desechables para evitar posibles infecciones.
- Limpia cuidadosamente la herida con solución salina o agua estéril para eliminar cualquier residuo o suciedad visible.
- Aplica una compresa estéril sobre la herida para controlar el sangrado, ejerciendo una suave presión.
- En caso de que la herida sea profunda, deberás cerrarla mediante puntos de sutura o grapas. En casos menos graves, se puede emplear un adhesivo cutáneo o cinta adhesiva especial.
- Cubre la herida con un apósito estéril para protegerla de la contaminación externa y favorecer la cicatrización.
Heridas punzantes
Las heridas punzantes son las que se producen cuando un objeto puntiagudo penetra en los tejidos del cuerpo, dejando una lesión profunda y estrecha. Ejemplos comunes de este tipo de heridas incluyen pinchazos con agujas, clavos o vidrios.
Manejar adecuadamente este tipo de heridas implica los siguientes pasos:
- Lávate las manos.
- Usa guantes estériles para evitar la transmisión de infecciones.
- Si hay objetos extraños insertados en la herida, no los retires. Estabiliza el objeto y busca asistencia médica inmediata.
- Limpia la herida con una solución antiséptica suave para prevenir la infección.
- Controla el sangrado aplicando presión directa con una compresa estéril.
- Cubre la herida con un apósito estéril y asegúralo en su lugar.
Heridas contusas
Las heridas contusas son las causadas por un impacto contundente en el cuerpo, como golpes o caídas. Se caracterizan por presentar hematomas, hinchazón y daño interno en los tejidos, aunque la piel puede no mostrar lesiones externas evidentes.
Para tratar heridas contusas, se deben seguir los siguientes pasos:
- Lávate o límpiate las manos.
- Examina el área afectada para identificar signos de inflamación, hematomas o deformidades.
- Aplica hielo o compresas frías sobre la zona lesionada para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Si el paciente presenta un dolor intenso o sospechas de fracturas, busca asistencia médica de inmediato.
- Si no hay fracturas evidentes, aplica una venda elástica o un vendaje compresivo para reducir la hinchazón.
- Monitorea la herida y estate atento/a a cualquier señal de empeoramiento o infección.
Heridas abrasivas
Las abrasivas son otro de los tipos de heridas más comunes y se caracterizan por la eliminación parcial de la capa superficial de la piel. Estas heridas son habituales en caídas o cuando la piel roza contra una superficie áspera.
El tratamiento adecuado para las heridas abrasivas incluye estos pasos:
- Lávate y utiliza guantes estériles.
- Limpia suavemente la herida con agua y jabón suave para eliminar la suciedad y los residuos.
- Enjuaga la herida con solución salina estéril para garantizar una limpieza adecuada.
- Aplica un antiséptico tópico suave para prevenir infecciones.
- Protege la herida con un apósito estéril o una gasa adherente.
Heridas quirúrgicas
Las heridas quirúrgicas son incisiones realizadas deliberadamente durante un procedimiento quirúrgico. Estas heridas son limpias y tienen bordes precisos, por el uso de instrumentos quirúrgicos estériles.
Estos son los pasos básicos para tratar heridas quirúrgicas:
- Lava tus manos y emplea guantes estériles.
- Sigue las indicaciones específicas del profesional sanitario sobre cómo limpiar y cuidar la herida quirúrgica.
- Si se requiere, aplica un apósito estéril o una gasa estéril sobre la herida para protegerla y favorecer la cicatrización.
Úlceras
Las úlceras son heridas crónicas que se desarrollan debido a una interrupción en la circulación sanguínea o la presión prolongada en áreas específicas del cuerpo. Estas heridas son comunes en personas con movilidad reducida o aquellos que pasan largos períodos en una misma posición.
Tratar las úlceras implica seguir una serie de pasos:
- Lávate las manos y utiliza guantes estériles.
- Limpia suavemente la úlcera con solución salina o agua estéril para eliminar los exudados o las costras.
- Aplica un apósito especializado según el tipo de úlcera para favorecer un ambiente óptimo para la curación.
- Controla el estado de la úlcera para evaluar la efectividad del tratamiento y realizar ajustes si es necesario.
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¿Conocías todos los tipos de heridas que hemos explorado en este artículo? Hasta ahora, ¿habías estado tratando cada una correctamente? De no ser así, con una buena formación puedes aprender a hacerlo e incluso convertirlo en parte de tu día a día como profesional de la enfermería.
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Andrea Pérez Mosquera