¿Fundir los plomos?

Las instalaciones eléctricas de nuestras viviendas están diseñadas para soportar una determinada carga de consumo eléctrico calculado en base a los electrodomésticos necesarios en nuestro hogar.
Pero el dimensionado efectuado puede quedarse obsoleto con el paso del tiempo debido a que cada vez agregamos más dispositivos electrodomésticos. Televisores, lavadoras, secadoras, hornos, duchas eléctricas, vitrocerámica, etc., van añadiendo carga al diseño inicial causando lo que se conoce como sobrecarga.
Así pues, los conductores eléctricos o cables tienen una carga limitada que pueden soportar (los cables gruesos pueden soportar más carga que los cables delgados), y que no se puede exceder sin que sean destruidos. Para protegerlos, en la actualidad se utiliza el interruptor automático magnetotérmico, que no es más que el interruptor que generalmente encontramos cerca de la entrada de la vivienda (en realidad hay varios), y que rearmamos cuando “se han fundido los plomos” (ha habido una sobrecarga).
Años atrás, las instalaciones eléctricas eran protegidas mediante “los plomos” que no era otra cosa que unos fusibles conectados en serie en la línea. De este modo, toda la corriente de la línea debe pasar por el fusible. Dichos fusibles están (pues todavía se encuentran viviendas con ese tipo de instalación) fabricados con un hilo de plomo que se calienta y se funde con el paso de una determinada corriente. Si la capacidad del hilo de plomo es de 20 amperios, deja pasar 20 amperios, pero no más. Si la corriente es mayor, el fusible se funde y abre el circuito (de ahí la típica expresión “se han fundido los plomos”). Antes de cambiar un plomo o fusible se debe determinar y eliminar la causa de la sobrecarga desconectando, por ejemplo, la estufa, el horno, o alguna de las cargas que tengamos enchufadas.