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Guía de primeros auxilios por quemaduras

Guía de primeros auxilios por quemaduras

Una quemadura es una lesión en la piel debido al contacto o exposición de un agente peligroso, como pueden ser el calor, el frío, las radiaciones del sol, la electricidad o algunos productos químicos.

Las quemaduras, son uno de los accidentes caseros que con mayor frecuencia pueden darse en nuestro día a día, por ello, es importante saber cómo podemos prevenirlas y, en caso de lesión de la piel, cómo actuar.

Recordemos los diferentes tipos de quemaduras que existen.

  • Quemaduras de primer grado, donde únicamente se ve afectada la capa externa de la piel.

  • Quemaduras de segundo grado, que dañan la capa externa y la que se encuentra por debajo de ella.

  • Quemaduras de tercer grado, que dañan o destruyen la capa más profunda de la piel y los tejidos que se encuentran debajo de ésta.

Según el agente causante de las quemaduras, existe otra clasificación:

  • Quemaduras térmicas: se deben al contacto con cualquier fuente externa de calor que pueda aumentar la temperatura de la piel como, líquido hirviendo, fuego, metales calientes y vapor entre otros.

  • Quemaduras eléctricas: éstas están producidas por la corriente eléctrica. Este tipo de quemaduras muchas veces no son tan visuales como las anteriores, pero hay que tener presente que en la mayoría de los casos el daño está en el interior y siempre son de carácter grave. 

  • Quemaduras químicas: este tipo de quemaduras se da cuando se entra en contacto con sustancias irritantes, ya seas de tipo físico o por ingesta.

  • Quemaduras por radiación: una de las quemaduras más comunes y se dan por la radiación, tal como los rayos X o los ultravioletas. Recordemos la importancia de buenas cremas protectoras para salvaguardarnos del sol.

Existe una tercera clasificación para las quemaduras en función de su extensión.

Según las NTP, que son guías de buenas prácticas, en quemaduras poco extensas puede ser de utilidad considerar que la palma de la mano del accidentado corresponde a un 1% de la superficie corporal total. En el resto, se utiliza la denominada «Regla de los 9» de Wallace. Para ello se divide la superficie corporal del adulto en 11 áreas, siendo cada parte el 9% o un múltiplo de 9.

  • Cabeza y cuello son un 9%.

  • Cada extremidad superior: 9% (7% el brazo y 2% la mano).

  • Cada extremidad inferior: 18% (9% el muslo, 7% la pantorrilla y 2% el pie).

  • Cara anterior del tórax y abdomen: 18%.

  • Espalda y nalgas: 18%.

  • Genitales: 1%.

En este caso la valoración de la gravedad de una quemadura se basará en la extensión de la superficie corporal quemada y el grado de profundidad de la misma. Se considera una quemadura de carácter LEVE cuando la superficie quemada es inferior al 10% y su profundidad no rebasa el 2º grado. Entre el 10 y el 30% se considera GRAVE, independientemente de si la profundidad es de 2º o 3er grado. Entre el 30 y 50% es MUY GRAVE, y casi mortal cuando supera el 50%. Se consideran graves independientemente de su extensión o profundidad, las quemaduras que afectan a manos, pies, cara, ojos y genitales así como todas las de 2º y 3er grado en niños, ancianos y accidentados con enfermedades previas significativas.

El tratamiento de las quemaduras depende directamente de la gravedad de esta. Es decir, valoraremos si es de primer, segundo o tercer grado, y de su extensión en el cuerpo. De todos modos, cuando se trata de llevar a cabo una primera actuación, existen unas recomendaciones generales que se aplican en cualquiera de las situaciones, sólo con algunas excepciones. Lo primero que hay que tener presentes ante un caso de quemadura es eliminar el agente que ha causado la lesión. Es de vital importancia realizar una evaluación inicial, mantener los signos vitales del paciente y buscar otras posibles lesiones como hemorragias, shock, fracturas. En la mayoría de las quemaduras, la principal recomendación es refrescar la zona quemada aplicando abundante agua, no muy fría para evitar posibles hipotermias a la persona afectada. En caso de tratarse de una de tercer grado, se recomienda utilizar agua mineral o agua hervida. Seguidamente hay que  envolver la lesión, ya sea con paños limpios o gasas estériles, previamente humedecidos en agua. Importante no apretar en exceso el vendaje para no presionar la herida. En el caso de las quemaduras de primer y segundo grado, una vez nos aseguramos de que están limpias, se recomienda la hidratación de la zona. Esto no es válido para las quemaduras de tercer grado, ya que se debe acudir lo antes posible a un centro médico.

Que no hay que hacer ante una quemadura:

  • No hay que aplicar pomadas, cremas, pasta dentífrica. Sólo se recomienda agua. Sí es cierto que existen algunas pomadas indicadas para las quemaduras leves, pero siempre es recomendable previa valoración sanitaria.

  • Abandonar a la víctima para buscar ayuda. Si precisamos ayuda y estamos solos, llevaremos a la víctima con nosotros.

  • No dar agua, alcohol, analgésicos por vía oral. Ante la duda, siempre acudir a urgencias.

  • Enfriar demasiado al paciente, simplemente la zona quemada. En caso de aparecer temblores o si la zona quemada es superior al 20 % se recomienda taparlo con una manta térmica.

  • Romper las ampollas, pues el líquido que contienen protege de la posible infección.

  • Retirar la ropa u otro elemento que esté pegado a la piel. Sólo se recomiendan retirada de joyas que puedan mantener el calor.

  • Demorar el transporte. Llamar a los servicios sanitarios o acudir a un centro asistencial es primordial.

Los principales síntomas que puede presentar una quemadura son los siguientes:

  • Enrojecimiento de la piel.

  • Pérdida de pelos de la piel.

  • Inflamación.

  • Dolor y ardor.

  • En los casos más graves dolor de cabeza, fiebre y fatiga (especialmente en quemaduras solares)

  • Ampollas, en el caso de quemaduras de segundo grado.

  • Piel blanquecina, en el caso de quemaduras de tercer grado.

  • Piel carbonizada o ennegrecida, en las quemaduras de tercer grado. En estas quemaduras el dolor es menor, ya que los nervios se ven afectados y por tanto el nivel de sensibilidad.

Llegamos a este punto, podemos ver que los pasos a seguir ante una quemadura son sencillos, pero es de vital importancia tenerlos presentes y llevarlos a cabo en el orden correcto. ¿Estamos preparados para tratar alguna quemadura?

Curso relacionado:Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.

Laura Garbayo

Laura Garbayo Hermoso. Licenciada en Bioquímica, Diplomada en Enfermería. Máster en Enfermería Escolar y Máster en Urgencias. Durante mis más de cinco años de ejercicio como enfermera en el servicio de urgencias del Hospital de Barcelona, he procurado no abandonar mi otra vocación profesional, la docencia, la cual vengo desempeñando desde el año 2004. De este modo tengo  la oportunidad de aunar mis dos perfiles profesionales, por los que siento absoluta devoción.
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