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La importancia del turismo rural en España

La importancia del turismo rural en España

Actualmente, España está consolidada como líder mundial en turismo. Todos los indicadores turísticos europeos y mundiales lo confirman, debido a un buen trabajo realizado durante décadas. Ese liderazgo se ha fundamentado especialmente en el turismo de sol y playa. A lo largo de toda la costa existen complejos hoteleros adecuados a todos los públicos, tanto en calidad como en variedad de oferta y en cuanto a precios: encontramos oferta para todas las economías con una calidad más que aceptable.

No obstante, gracias al esfuerzo de todas las Administraciones, así como de los grandes operadores y de los restauradores locales, se han abierto nuevos retos y aprovechando este producto más demandado de sol y playa coincidiendo con los grandes periodos vacacionales concentrado en las zonas costeras,  se ha puesto de manifiesto la existencia de otras tendencias como son el turismo gastronómico, el turismo cultural y el turismo rural , entre otras, todas vinculadas a la naturaleza, a la calidad de servicio y a la tranquilidad en contramedida al turismo masificado.

Turismo rural.

El auge del turismo rural, podemos situarlo, si bien ya existe desde hace algunos lustros, en la época en que la crisis económica era más intensa, apareciendo como necesidad a una diversificación de las tareas de las poblaciones interiores dedicadas, hasta estos momentos, a la economía agraria y ganadera muy castigadas por la mencionada crisis.

Teniendo en cuenta este marco económico, debemos preguntarnos en qué contribuye la promoción y comercialización  de ese turismo rural  a la economía global de nuestro país. Vamos a analizar algunos puntos.

– En España existen muchas zonas de interior  alejadas de gran flujo turístico de la costa y de las grandes ciudades. Gracias a este tipo de turismo se ha generado riqueza y se han dinamizado áreas geográficas  que estaban condenadas a un empobrecimiento paulatino y constante, y, de aquí,  a la despoblación ya que los habitantes se desplazan a las ciudades en busca de trabajo.

– El turismo rural permite distribuir la oferta a los viajeros a lo largo de todo el año ya que, entre el turismo nacional, se concentra en los fines de semana y en los festivos,  en contraposición del turismo de playa que está muy localizado entre los meses más calurosos del año.

– Ha permitido la implantación, sobre todo entre viajeros extranjeros,  de  estancias del tipo fly & drive que en España no eran muy frecuentes, de hecho y aunque este tipo de viajes se están ofertando desde los años 90, en nuestro país no se conocía hasta  hace apenas 5 años aproximadamente. Este tipo de paquete turístico consiste en ofertar junto con los vuelos de ida y de vuelta, el alquiler de un coche que permite al viajero desplazarse realizando rutas pernoctando en diferentes poblaciones.

– Entre el conjunto de la oferta turística nacional, el turismo rural ha permitido adaptarse a las demandas de un nuevo público, generalmente internacional, que exige unas ofertas que hasta ese momento no se tenían.

Se ha aumentado el número de viajeros fidelizado ya que el turista de sol y playa no suele ser un viajero fiel y suele cambiar de destino frecuentemente. Esta nueva oferta y dado que las distancias, en España, no son excesivamente largas, permiten cambiar de formato con cierta facilidad.

Algunas zonas geográficas han potenciado su actividad estacional con el turismo. Estoy refiriéndome a las zonas vinícolas que han visto cómo aumenta el turismo durante el periodo de la vendimia o a las zonas de Extremadura que han hecho de la floración de los cerezos en el valle del Jerte una atracción turística de alcance internacional. En este caso hay que mencionar loa habilidad y la visión que se ha tenido para aprovechar la actividad económica de un sector para, paralelamente, hacer crecer el mercado turístico.

– No quiero acabar esta relación de factores que hacen importante el turismo rural en España, aunque hay muchos más, sin mencionar cuánto ha beneficiado a la producción de productos artesanales: se ha vuelto a la producción de quesos y embutidos a la forma tradicional, así como muchos dulces y productos típicos de cada una de las zonas.

Podemos decir que la economía local y el turismo rural  se están retroalimentando: una favorece el crecimiento de la otra y viceversa. Antiguos obradores en desuso han vuelto a producir para saciar toda la demanda de estos viajeros.

En definitiva, aunque el turismo rural es España es muy joven, está plenamente asentado y, gracias a la experiencia turística que tenemos en otras áreas, muy consolidado. No obstante, las posibilidades de crecimiento todavía son enormes. Gracias a este fenómeno, muchas pequeñas poblaciones están recuperando sus tradiciones a la vez que se está facilitando un cambio de enfoque en sus economías favoreciendo la diversificación y creación de nuevos horizontes comerciales.  Y no nos olvidemos de la oportunidad que se ha ofrecido a la gastronomía potenciando platos tradicionales.

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Escrito por Francesc Olalla

Técnico Superior en Restauración con estudios cursados en la Escuela de Hostelería de Sitges, Joan Ramón Benaprés. Es especialista en restauración de colectividades, habiendo trabajado, entre otras, en dos de las más importantes multinacionales del sector. En Serunión como gerente de restaurante en un complejo de oficinas de Sant Cugat y en Compass Group como director de la cocina central de Madrid, ofreciendo un servicio de más de 8.000 comidas diarias. Actualmente, centra su actividad de restauración en el mundo de la docencia.
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