Los juegos de falda en educación infantil
Los juegos de falda son juegos sencillos a través de los cuales el bebé interactúa con el adulto a pesar de que todavía no es capaz de interiorizar reglas ni de jugar con sus juguetes.
En el primer ciclo de educación infantil es una de las actividades con las que más podemos estimular los sentidos de un bebé de unos pocos meses. Se pueden empezar a realizar desde los tres meses, pero es a partir de que el bebé puede mantenerse sentado por sus propios medios y es capaz de mantener la atención durante más rato cuando las posibilidades de estos juegos se multiplican.
Los juegos de falda se caracterizan por tener un texto sencillo o cancioncilla y uno o varios gestos o movimientos corporales. Mediante estos sencillos juegos mejoramos la comunicación con el bebé, estimulamos sus sentidos, favorecemos la imitación y potenciamos su memoria, entre otras características. Además, son actividades idóneas para que se entretengan, rían y se diviertan.
A continuación te muestro un par de juegos de falda que muy probablemente recordarás de haber visto muy cerca de ti:
– Uno de los juegos de falda clásicos por antonomasia es la canción de los cinco lobitos. Sencillamente debes colocar al bebé encima de tu regazo, y cantarle la canción mientras haces rotar tu mano con los dedos hacia arriba. Es un gesto que le divertirá ver y que, poco a poco, aprenderá a imitar. La letra puede variar de una región a otra, o incluso de una familia a otra. Aquí tienes un ejemplo:
Cinco lobitos tiene la loba
cinco lobitos detrás de la escoba
cinco parió y cinco crió
y todos ellos tetita les dio
Cinco lobitos tiene la loba
blancos y negros detrás de la escoba.
– Otro de los juegos que acostumbra a divertir mucho al bebé es el juego del caballo gris. El bebé se sentará sobre tus piernas y moverás éstas al ritmo del caballo, siendo el movimiento cada vez más rápido y enérgico, llegando a hacer reír al bebé a carcajadas. Como en el caso anterior, la letra puede variar mucho:
(el nombre del bebé) fue a París,
en un caballo gris,
al paso, al paso
al trote, al trote
¡al galope!, ¡al galope!, ¡al galope!
Las variantes a esta letra pueden ser infinitas. Por ejemplo, puedes cambiar el destino y el color del animal cada vez que repitas la estrofa. Así, la siguiente vez el bebé puede ir a León en un caballo marrón, a Estambul en un caballo azul o a Manila en un caballo lila.
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Foto principal de Max Talbot-Minkin con licencia CC (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)
Escrito por Joan Garcia Santiago