Los niños ya no nacen con «un pan bajo el brazo», nacen enganchados a un móvil o tablet
El otro día estaba comiendo en un restaurante y al lado había una mesa con una pareja, dos personas más (deberían ser familiares) y 3 niñas de distinta edad. Una parecía tener unos 3 años, la otra entre 6-8 y la otra unos 10. Me sorprendió ver cómo mientras los adultos charlaban, las 3 niñas estaba cada una con un aparato electrónico diferente… las más pequeñas absortas con un móvil, la otra con una tablet. Ciertamente, es una imagen que me entristeció.
¿Qué está pasando?
Volví a prestar atención a mi mesa y sólo un rato después volvieron a llamar mi atención, pues las más pequeñas empezaron a gritar y hacer jaleo porque al parecer los adultos necesitaban el móvil y ellas se habían quedado sin él. Así hasta que finalmente cedieron y se salieron con la suya.
¿Son estos aparatos electrónicos las nuevas niñeras?
Es cierto que muchos restaurantes no lo ponen fácil, no hay zona de juego para niños ni espacio donde puedan estar. ¿Pero es necesario llegar a ese extremo para tener a los niños calmados?
Nos quejábamos de que veían demasiado la tele y ahora antes de cumplir 3 años saben utilizar mucho mejor que nosotros estos aparatos electrónicos.
Las nuevas tecnologías limitan el movimiento, tan necesario para los pequeños para que exploren, se muevan, toquen, interaccionen… y por consiguiente, tengan un buen desarrollo futuro tanto físico (evitar obesidad) como psíquico.
No olvidemos que una de las formas (sino la mayor) por la que aprenden los niños es por imitación. ¿Ya controlamos todo lo que están viendo en esos aparatejos?
Los pediatras ya están alertando de casos de adicción a las nuevas tecnologías en niños de entre 8 y 18 años. ¿Es el futuro que queremos para ellos?
No se trata de eliminarlas de sus vidas puesto que forman parte de ellas, pero sí limitar el uso y acompañarlo también de actividades «menos virtuales» y más «terrenales» y que impliquen interacción persona-persona.