Niños con dislexia, consideraciones en el aula de educación infantil
La dislexia es una trastorno o discapacidad específico del aprendizaje de la lectura. Los niños y adultos que sufren dislexia tienen dificultades para leer con precisión y fluidez. A menudo también tienen dificultades en la comprensión lectora, la ortografía y la escritura. En el post de hoy vamos a hablar sobre estos niños y cómo podemos ayudarles dentro del aula de educación infantil. ¡Infórmate sobre nuestro curso de educación especial!
Según algunas estadísticas la dislexia afecta en mayor o menor grado a un 10% o un 15% de la población escolar y adulta. Al mencionar estas estadísticas podemos comentar que se puede esperar que en un aula de unos 25 alumnos haya al menos un niño con esta dificultad del aprendizaje, esto nos hace pensar que es interesante que los docentes estén informados y formados sobre la dislexia, sus características y peculiaridades para ayudar a este porcentaje de alumnos.
Tanto este trastorno como muchos otros se benefician si son detectados en edades tempranas, así podemos aportar recursos para estos niños lo antes posible. La dislexia que se presenta en los niños de educación infantil es una dislexia evolutiva, es genética y congénita. Por eso los niños, aun no estando diagnosticados han de atenderse con una metodología de atención temprana. Tal como indica Alegría (2010), “La posibilidad de una evaluación de las habilidades fonológicas y meta-fonológicas de los prelectores hace innecesario el criterio clásico de diagnóstico de la dislexia que exigía un atraso de dos o más años en la adquisición de la lectura.”
Y con todo esto, ¿qué podemos detectar en los niños de educación infantil que nos lleve a pensar en una dislexia temprana? Algunos ejemplos:
- Un historial familiar de problemas disléxicos (que padres, hermanos u otros familiares sean disléxicos).
- Un retraso en aprender a hablar con dificultad.
- Dificultad en recordar el nombre de series de cosas, como por ejemplo los colores.
- Confusiones en palabras concretas que pueden ser similares a nivel fonético.
- Algunos días con resultados académicos buenos y otros malos en la misma materia y sin tener ninguna diferencia de dificultad académica.
- Dificultades con algunas palabras rimadas y las rimas.
Estas características, entre otras, no las presentan todos los niños que después se diagnostiquen con dislexia. Como sabemos, cada niño es distinto y las generalizaciones no siempre con acertadas. Para ello, lo mejor es que las pruebas específicas de lectura, el lenguaje y las habilidades de escritura han de ser la mejor manera para que un profesional pueda diagnosticar al niño con dislexia.
Así vamos a ver como podemos ayudar a estos niños dentro del aula de educación infantil.
- Hemos de trasmitir al niño que estamos, en todo momento, predispuestos a ayudarle.
- Colocar al alumno cerca del profesor y de la pizarra para que su concentración y atención sea mayor. Así evitamos distracciones y podemos centrar más su atención en las indicaciones y explicaciones que estamos dando.
- Fomentar el uso de agendas o calendarizar su trabajo. El uso de las agendas les ayudará a no perder de vista sus tareas y responsabilidades y hará más efectivo su estudio.
- Establecer unas normas o pautas para su metodología de trabajo.
- Poder establecer agrupamientos flexibles.
- Desdoblamientos de los grupos de clase en diferentes áreas o materias.
- Poder contar con un profesor de apoyo para reforzar los aprendizajes que más cuestan ayudará mucho a los niños con dislexia u otras dificultades del aprendizaje.
- Tener un modelo de horario flexible.
- Diferentes programas de refuerzo para aprendizajes que no se han adquirido o las ya conocidas adaptaciones curriculares.
- Poder proporcionar una atención individualizada, así nos aseguramos que entiende las tareas y en el caso de no ser así es más fácil poder repetir conceptos para su correcta comprensión.
- Dar más tiempo en determinadas tareas como, por ejemplo, de comprensión lectora o escritura.
- Si es necesario podemos proporcionar lecturas con espacios más amplios y letras más grandes para ayudar en la comprensión.
- Posibilidad de hacer pruebas más orales para evitar lecturas o escrituras.
Así mismo la actitud del docente ha de basarse en mantener una actitud concreta hacía los alumnos que tienen dislexia. El profesor debe estudiar su posición física en el aula para que los alumnos puedan focalizar su atención fácilmente, mantener el contacto visual en las diferentes explicaciones, es importante comprobar que todos hayan entendido la tarea que se debe realizar y cómo realizarla, dar un poco más de tiempo si se ve necesario, hacer valoraciones positivas por el trabajo cuando ha habido un gran esfuerzo, así como comentar, de manera individual, los progresos y los errores con el alumno en cuestión.
Con todas estas consideraciones el alumno de educación infantil con dislexia recibirá una atención más adecuada a su dificultad de aprendizaje. Pero, como siempre digo, es importante conocer a cada niño, ver sus características individuales e intentar encontrar la manera de ayudarlo individual y específicamente. Me gustaría que compartierais vuestras opiniones, ¿qué os han parecido estas consideraciones sobre la dislexia? ¿qué opináis sobre este trastorno del aprendizaje?, ¿habéis trabajado con niños disléxicos?
Cursos relacionados: FP de Grado Superior de Educación Infantil y Curso Técnico de Educación Epecial