Pautas para elaborar un simulacro de incendio en tu empresa
Realizar un simulacro de incendio en nuestra empresa no es solo una acción de prevención sino que también tiene un alto componente formativo. En este post vamos a repasar porqué es importante hacer simulacros en nuestra empresa de forma periódica, así como la metodología para hacerlo y varias recomendaciones.
Cuáles son los objetivos de realizar un simulacro de incendio
A nivel legal, la realización de simulacros de incendios se enmarca dentro de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en el Artículo 20, es decir, que forma parte de las salidas de la prevención de riesgos profesionales. También tenemos que tener en cuenta el RD393/2007 por el que se aprueba la norma básica de planes de autoprotección, en el que se recogen, entre otras cosas, las pautas básicas de actuación ante situaciones de emergencia. Dentro de este Real Decreto, en el Anexo 1, observamos que se indica la necesidad de realizar simulacros de emergencias al menos una vez al año.
Aunque habitualmente cuando hablamos de simulacros automáticamente pensamos en los de incendios, tenemos que tener en cuenta que pueden haber muchos más tipos de simulacros como los de evacuación, emergencias químicas, colapso en un edificio, terremotos, etc.En cuanto a los objetivos para los cuales realizamos simulacros de incendios es precisamente eso, simular una situación de emergencia ficticia para que los participantes se vean inmersos es una recreación de lo que podría llegar a ser un incendio, en este caso.
Los simulacros se trabajan en base a tres objetivos principales: las personas, las instalaciones de la empresa y la operativa o forma de actuar.
Si nos centramos en primer lugar en las personas, el simulacro ayuda a nivel formativo para que las personas conozcan más en profundidad el edificio en el que trabajan así como las formas de evacuación. También en los simulacros se trabajan aspectos más psicológicos o emocionales para que las personas se sientan más seguras ante la posibilidad de que alguna vez ocurriera de verdad el incendio, tener más confianza en sí mismas y ser capaces de afrontar esta potencial situación con más calma, serenidad y, sobre todo, seguridad.
En cuanto a las instalaciones de la empresa, los simulacros también sirven para detectar problemas en varios ámbitos como mala señalización, funcionamiento incorrecto de iluminación de emergencia, comprobar que todas las salidas y puertas de emergencia funcionan correctamente, etc.
Finalmente, en relación a la operativa del simulacro, realizarlo de forma periódica sirve para que las personas sepan qué tienen que hacer, cómo moverse por las instalaciones, aumentar la capacidad de reacción, mejorar la coordinación entre los diferentes grupos de personas, etc. Es importante vivir estas situaciones simuladas ya que nos permite tomar consciencia de la falta de tiempo ante estas situaciones y entender que cualquier segundo cuenta. Por lo tanto, cuanto más coordinados y entrenados estemos, mejor podremos reaccionar ante cualquier situación de riesgo.
Pasos a seguir para realizar un simulacro de incendio
Cuando realizamos un simulacro, distinguimos tres grandes pasos: la fase de planificación, la ejecución y la evaluación.
La planificación es la parte inicial en la que tenemos que definir los objetivos qué situaciones queremos simular, qué personas participarán, cuáles son las normas que aplicaremos, así como dónde lo vamos a realizar y qué día y hora.
Esta fase de planificación puede ser muy sencilla si estamos ante una empresa con un riesgo muy bajo de incendios, con unas instalaciones modernas y que cumplen toda la normativa de seguridad, con un volumen de empleados no muy grande y que todos realizan el mismo horario, etc. Por ejemplo, este sería el caso de una oficina. Por el contrario, si realizamos el simulacro de una empresa química, con un volumen elevado de empleados, que desarrollan la actividad en turnos, esto hará que se requiera una planificación mayor y que se tengan que realizar varios simulacros.
La fase de ejecución es la realización en concreto del simulacro en sí mismo. Si hemos hecho una buena planificación, esta fase, a pesar de ser la que puede parecer la más compleja, realmente no tiene porque serlo. Se trata de poner en práctica lo que hemos definido. En este sentido, en la planificación se establecen varios roles, las vías de evacuación, el punto de encuentro, etc. Así que se trata de ir siguiendo la “hoja de ruta” marcada para una correcta ejecución.
Finalmente, y para que el simulacro tenga sentido y una conclusión, realizaremos una fase de evaluación. Aquí realizaremos un informe en el que evaluaremos si se han cumplido los objetivos definidos, que problemas se han detectado, si es que ha habido alguno, y medidas correctoras. Esta fase de retroalimentación es la que le da sentido a todo el simulacro ya que se realiza precisamente para esto, para anticipar una situación crítica y que nada quede al azar.
¿Has participado en algún simulacro de incendio? ¿Cuál de las fases crees que es la más importante?
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