Diferencias entre un club deportivo y una sociedad anónima deportiva
Por qué ha proliferado tanto en España el modelo de las SAD
Tradicionalmente, los clubes deportivos han sido entidades que reunían personas con un interés en común relacionado, por supuesto, con el deporte. Dichas personas constituían un club que tenía como objetivo la práctica de una o varias disciplinas deportivas. Todo esto quedaba adornado con una bandera, unos colores, una camiseta, etc. que identificaban este club. Las personas vivimos en sociedad y generalmente tenemos la necesidad de pertenecer a colectivos en los cuales encontremos personas con las que nos sintamos a gusto o compartamos afición o manera de pensar. Por eso es tan importancia la existencia de estas entidades.
Hablo en pasado con un punto de nostalgia porque parece que todo esto lo dejamos atrás, especialmente si hablamos de clubs deportivos importantes. El deporte interesa tanto que se ha convertido totalmente en un negocio. No hay más que ver la proliferación de locales convertidos en casas de apuestas deportivas y los multimillonarios contratos televisivos de retransmisiones deportivas. Uno de los datos más curiosos es que los deportistas a nivel mundial que cobran más, perciben más ingresos por publicidad que por su propio trabajo. ¿Y todo esto en qué afecta a la organización de los clubs deportivos? Pues básicamente en la base de estas entidades. Poco a poco muchas de ellas se han ido convirtiendo a sociedades anónimas deportivas, con lo que conlleva que ya no se consideran entidades sino empresas. Veamos qué supone este importante cambio.
Ánimo de lucro
Está claro que la primera diferencia es que una sociedad anónima deportiva persigue el lucro, es decir, que sus propietarios ganen dinero. En cambio, un club deportivo no persigue este fin, sino la consecución de títulos, la participación de personas del entorno en la actividad deportiva, la dinamización de un colectivo, etc. Una sociedad anónima deportiva también puede tener como objetivos los descritos anteriormente para los clubs deportivos, pero principalmente buscará ganar dinero, por encima de todo. Y un club deportivo también puede, por supuesto, ganar dinero, pero no es el objetivo principal.Quién manda
En un club deportivo mandan los socios. Al menos una vez al año se reúnen en asamblea y aprueban los presupuestos, toman decisiones importantes, etc. Las sociedades anónimas deportivas siguen las directrices de los propietarios, que son accionistas que en su día invirtieron en esta empresa para conseguir un beneficio a cambio. Una empresa de este tipo también puede tener socios que acudan a animar a su equipo, por ejemplo, pero no tienen prácticamente ningún poder de decisión. En resumen, las asambleas de socios se convierten en asambleas de accionistas.
Composición de la junta
En un club deportivo, las decisiones las toman los socios y, por tanto, también deciden quién es la junta. Normalmente, se realiza mediante una convocatoria de elecciones y se elige la junta directiva, que son cargos no remunerados. Hay que destacar que cada persona socia de la entidad tiene un voto, y que todos los votos valen lo mismo. En la sociedad anónima deportiva se decide en asamblea de accionistas la composición del Consejo de Administración, que sería la junta para entendernos. En esta decisión no todas las personas tienen el mismo poder de decisión, ya que depende del número de acciones que posea cada persona. A más acciones, más poder de decisión. Cabe destacar que estos cargos sí que son remunerados.
Ejemplos antes de seguir
Ahora alguien se planteará si aún existen clubs deportivos en nuestro país en los cuales se persigan objetivos deportivos por encima de los económicos. Pues sí, y tanto. Vayamos al fútbol, que es el deporte rey y el camino fácil. Por ejemplo, en la primera división de fútbol existen tres equipos que aún mantienen su condición de clubes deportivos, que son el Athletic Club de Fútbol (de Bilbao), el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid Club de Fútbol. Todos los otros se han convertido tarde o temprano en sociedades anónimas deportivas. ¿Y esto significa que los presidentes de estos tres clubes no perciben una remuneración por sus cargos? Pues no. Es exactamente igual que el presidente de un club de cualquier barrio modesto de España.
El fracaso de las Sociedades Anónimas Deportivas
Evidentemente que no todos los clubes que han realizado el cambio y se han convertido en empresa han fracasado, porque hay numerosos ejemplos que demuestran que tanto de una forma como de otra puede ser sostenible. Pero hay que citar también equipos de fútbol como el Logroñés, que desapareció porque la empresa fracasó.
No olvido que hace unos 15 años yo era socio del club de fútbol de mi municipio de residencia, un equipo bien situado en la Segunda División B, con opciones a corto o medio plazo de ascender a Segunda División. La gestión se estaba llevando correctamente y cada año se estaba más cerca del deseado ascenso. Pero un mal día llegaron unos charlatanes y argumentaron que el paso necesario para seguir creciendo era reconvertir el club en sociedad anónima deportiva y así poder captar la atención de los inversores. Yo, que entonces era muy joven y no tenía de conocimiento que tengo ahora sobre estos temas, ya intuí que aquello no funcionaría e inmediatamente me di de baja como socio. Antes presenté mi protesta en público ante la situación que se estaba a punto de dar. Resultó que el club lo compraron representantes de jugadores que se tomaron el asunto como un negocio en el que movían jugadores de un sitio a otro y cobraban las comisiones por estos movimientos. Al final, el club se arruinó y lo tuvo que salvar el Ayuntamiento, como en tantos otros casos.
Esto no significa que siempre se haya acabado fracasando, pero sí es cierto que si un club deportivo se plantea dar el paso, que se asegure muy bien en manos de quién cae el club y que se realicen estudios sobre la viabilidad del proyecto.
Más argumentos
Creo que hasta ahora he aportado más argumentos a favor de los clubs deportivos y quizá no es del todo justo para que construyas tu propia opinión. Como economista, en este sentido defenderé también que una sociedad anónima es la situación ideal para captar financiación externa y crecer económicamente. Al fin y al cabo, un club deportivo tiene que conformarse con las aportaciones de sus socios, que generalmente son escasas. Una sociedad anónima deportiva, en cambio, puede inyectar grandes cantidades de dinero que espera recuperar en un futuro.
Para acabar una pequeña opinión personal. Creo que los clubes modestos de municipios medianos o pequeños tendrían que seguir siendo siempre un club deportivo, y que su capacidad social y económica les permita crecer más o menos. En cambio, para un club grande se puede argumentar mejor que se convierta en sociedad anónima para su sostenibilidad en un entorno tan competitivo. Aunque también hay que tener en cuenta que si somos demasiado románticos, nos quedaremos siempre con el club deportivo para que los socios puedan decidir y no quede todo en manos de inversores especuladores que les da igual que el club defienda un escudo u otro.
¿Qué opinas? ¿Crees que Barça, Athletic y Madrid tendrían que convertirse en SAD? ¿Crees que es sostenible una SAD para un municipio de tamaño mediano?
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