Que habilidades sociales debe dominar un técnico sociosanitario
Cada vez son más las personas que dedican su tiempo a cuidar de aquellos que lo necesitan. Está dedicación no siempre tiene que ser a modo de empleo, si no muchas veces, es la propia familia y amigos quienes ejercen el papel de cuidadores de aquellas personas en situación de dependencia. Veamos que habilidades sociales han de cumplir y que funciones pueden ejercer.
Habilidades en situación de dependencia
El SAAD (Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia), es el conjunto de servicios y prestaciones económicas destinados a la promoción de la autonomía personal, la atención y protección a las personas en situación de dependencia, a través de servicios públicos y privados concertados debidamente acreditados, y contribuye a la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos. Este sistema describe dos palabras claves que nos ayudarán a introducir el siguiente artículo.
Las actividades de la vida diaria son aquellas que permiten a la persona desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia, tales como: el cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad esencial, reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar órdenes o tareas sencillas. El estado de dependencia es aquel estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal.
Podemos definir el término cuidador como aquellas personas que habitualmente se encargan de ayudar en las actividades básicas de la vida diaria a personas mayores, enfermas o que sufren alguna discapacidad y por lo tanto no pueden desempeñar algunas funciones por sí mismas. Como bien hemos mencionado anteriormente, los cuidadores pueden ser profesionales de la salud o simplemente aquellas personan que comparten el día a día con una persona dependiente.
Hemos de tener presente que con el paso del tiempo, todos envejecemos, y ello conlleva una pérdida de funciones básicas que no se pueden ejercer con la misma facilidad que en la juventud. La falta de equilibrio al caminar, los dolores articulares en las manos, la incontinencia… son algunos de los cambios que más afectan a nuestros mayores. También el grado de dependencia puede aumentar si nos encontramos ante alguna patología o como resultado de algún accidente. Pero ante todo es importante tener presente que el dejar de ser nosotros mismos, es algo no siempre fácil de asumir.
La paciencia y el cariño, han de estar presentes en cada una de las personas que ejercen el papel de cuidador.
La empatía y el saber hacer, pensar en tratar a la persona que tenemos delante como nos gustaría ser tratados, es primordial, y son cualidades que han de acompañar siempre a aquellas personas que ejercen la funciones de cuidadores.
Las habilidades sociales, el desarrollo de diferentes conductas y la autonomía personal de personas en situación de dependencia, constituyen bases fundamentales para su desarrollo como personas. Veamos con algo más de detalles, aquellas habilidades sociales que han de cumplir los técnicos a personas en situación de dependencia.
Una cualidad que les ha de acompañar en la conciencia y regulación emocional. Esto hace referencia a la capacidad de identificar y saber controlar los propios estados internos, preferencias, recursos e intuiciones. En otras palabras, se ha se saber identificar las necesidades de cada persona, tato físicas como emocionales, y saber gestionarlas. También es importante, tener la capacidad de automotivar a quien tenemos ante nosotros.
Tal y como hemos explicado antes, la mayoría de las personas que necesitan algún tipo de ayuda, no se sienten cómodas al ser atendidas. Toda la vida han sido autónomos y con los años, se ven obligados a solicitar ayuda. Es por eso que animar a ejercer cada pequeña tarea de la vida diaria, y felicitar ante las mejoras, es un factor que no se nos ha de olvidar.
La empatía; capacidad de captar los sentimientos y los puntos de vista de otras personas e interesarse activamente por las cosas que preocupan a los demás. Anticiparse en el reconocimiento y la posterior satisfacción de todas aquellas necesidades de cada persona. No es menos importante la capacidad física que pueda tener el cuidador. Hemos de ser conscientes que en muchas ocasiones a la persona dependiente la hemos de duchar, levantar y movilizar de maneras varias a lo largo del día. Pues bien, el cuidador ha de saber cómo hacerlo, cuidando de sí mismo y cuidando a la vez de aquella persona a quien tiene delante. Pero lo más importante, es querer cuidar de quien lo necesita. Esa es la base para que nuestros actos sean altruistas y de gran calidad.
En resumen, para ser un buen cuidador, basta con algunas buenas habilidades que todos podemos desarrollar. ¿Nos animamos a ello?
Curso relacionado: FP de Grado Medio de Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia
Escrito por Laura Garbayo