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¿Qué son los productos dermofarmacéuticos?

¿Qué son los productos dermofarmacéuticos?

Actualmente el cuidado de nuestro cuerpo y mente están adquiriendo una gran relevancia. Y para cuidarnos, cada vez más se elaboran todo tipo de productos que nos ayudan a estar sanos y bellos. Los productos dermofarmacéuticos son algún ejemplo de ello, pero, veamos qué son este tipo de productos. 

Historia sobre la dermofarmacia 

Recordemos algo de historia. La piel es el órgano más extenso de todo el cuerpo, y es el encargado de protegernos tanto de las agresiones externas, como de los efectos internos que nuestro organismo puede sufrir, como por ejemplo la pérdida de agua interna. Es por ello que es importante cuidar nuestra piel a diario. Aquí es donde la Dermofarmacia juega un papel fundamental.

Veamos entonces como definir esta ciencia: según la Real Academia Nacional de Medicina, la Dermofarmacia se puede explicar como la  “disciplina científica, rama de la farmacia, que se ocupa del estudio y la fabricación de productos para aplicación tópica, tanto terapéuticos como cosméticos”. Fernando A. Navarro, médico especialista en Farmacología Clínica y traductor médico, está conforme con esta idea y señala que a través la etimología de la palabra su significado es evidente: rama de la farmacia que se ocupa de los preparados de aplicación tópica sobre la piel”. Es este profesional quien hace alusión a la composición de término mediante el prefijo dermo que en griego significa piel.

Pero podemos preguntarnos ¿cómo surgió este concepto? Y es el mismo Navarro quien  comenta que es una idea bastante reciente y que se empezó a usar en francés en los años sesenta. Es a partir de ese momento se internacionalizó y se tradujo a otras lenguas, un proceso según Navarro, muy frecuente en los tecnicismos biosanitarios. Pero hay más, el origen galo que apunta Navarro conduce al laboratorio Pierre Fabre Dermocosmética, que desde el año 1960 fue un paso más allá con la utilización del término Dermocosmético para designar algunos de los productos de una nueva categoría.

El cuidado de la piel como objectivo

Según se detalla en el libro La Dermocosmética, una convicción, la palabra cosmético proviene del griego Kosmeticos que quiere decir “el arte del adorno” y, actualmente, el significado a derivado a “el arte del adorno para la belleza de la piel”. Al añadir el prefijo dermo, tal y como se ha mencionado anteriormente, se asocia a la piel y, según describe este laboratorio, se vincula el estudio y a la especialidad médica”. En torno a la afirmación “el propio origen de las palabras permite definir un producto dermocosmético como aquel destinado a la aplicación cutánea. Se sitúa entre el cosmético clásico y el medicamento tópico dermatológico, entre la belleza y la salud de la piel”, el laboratorio Pierre Fabre Dermocosmética fue el primer laboratorio que reivindicó para sus productos las mismas normas de fabricación impuestas a otros medicamentos. También, propuso la utilización de cosméticos como un complemento a los tratamientos de las enfermedades dermatológicas

En resumen, la Dermofarmacia ha ocupado siempre un espacio paralelo en el mundo de las diferentes disciplinas de la Farmacia. En muchas ocasiones no se trata de medicamentos ya que  no vienen a curar o calmar ninguna dolencia y, por qué no decirlo, en cada cultura, tanto su origen como su evolución, está unido a un concepto de estética corporal concreto.

Podemos determinar que los productos dermofarmacéuticos se encargan del cuidado de la piel, no solo de la piel dañada, si no de la piel sana a fin de prevenir lesiones y mantenerla siempre radiante. Alguno de los ejemplos más comunes es el de proteger la piel frente de las agresiones externas, muy especialmente de las radiaciones solares ultravioleta. También podemos englobar el maquillaje, las cremas antiarrugas, reafirmantes, nutritivas e iluminadoras como productos dermofarmacéuticos. No hay que olvidar que los champuses y lociones destinados al cuidado de la piel, también se engloban en este grupo de productos de dispensación farmacéutica.

No hay que olvidar que los cuidados de la piel empiezan por adquirir buenas costumbres, vamos a recordar algunas recomendaciones básicas para mantener nuestra piel brillante y cuidada día a día. 

Cuidados faciales:

  • Lavar la cara antes dormir y al despertar

  • Desmaquillarse cada día

  • Utilizar exfoliantes dos veces a la semana

  • Utilizar una hidratación adecuada para cada tipo de piel

  • Protección solar específica para la cara

  • Uso de maquillaje hipoalergénico

  • Tener especial cuidado con los labios

Cuidado de la piel:

  • Beber agua

  • Hidratarse con lociones adecuadas para cada tipo de piel

  • Protegerse del sol

  • Elegir el jabón adecuado a cada piel

  • Revisiones periódicas de pecas, lunares y manchas

  • Ducharse con agua no muy fría ni muy caliente

En resumen, el cuidado de la piel está en nuestras manos, y a pesar de tener a nuestro alcance una gran variedad de productos dermofarmacéuticos que nos pueden ayudar, el cuidado diario está en nuestras manos. ¿Os animáis a poner en práctica los consejos ahora que llega el verano?

Curso relacionado: Grado Medio de Técnico en Estética y Belleza

Escrito por Laura Garbayo

Laura Garbayo Hermoso. Licenciada en Bioquímica, Diplomada en Enfermería. Máster en Enfermería Escolar y Máster en Urgencias. Durante mis más de cinco años de ejercicio como enfermera en el servicio de urgencias del Hospital de Barcelona, he procurado no abandonar mi otra vocación profesional, la docencia, la cual vengo desempeñando desde el año 2004. De este modo tengo  la oportunidad de aunar mis dos perfiles profesionales, por los que siento absoluta devoción.
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