«Si quieres recoger miel, no des puntapiés en la colmena.»
No debemos olvidar la importancia que tienen los padres y la familia en la educación y desarrollo posterior de la personalidad del niño. La escuela es un factor importante, pero no el único. Recordemos que familia, escuela y el contexto en el cuál se encuentren los niños en todo momento influyen en su educación ya que ellos absorben todo y de muchas fuentes y, a veces, a mayor velocidad de la que pueden procesar.
No debemos caer en el error de ofrecer una educación rígida y autoritaria porque puede crear muchas limitaciones en un futuro, pero tampoco irnos al otro extremo, el de pensar que «otros» son los responsables de su educación. Ser padre no es sólo traer un hijo al mundo, implica dedicación y compromiso.
Debemos dar ejemplo con nuestras acciones, que es lo que a ellos les llega y posiblemente en un futuro es lo que acaben haciendo por imitación.
No olvidemos sembrar cariño y respeto y así podremos recogerlo en un futuro de vuelta.
