7 actividades educativas para hacer con los niños en verano
Si algo tenemos todos claro es que este verano es especial. Mis propuestas este año, no van a ser las habituales y van encaminadas a potenciar aprendizajes pero en el exterior.
7 propuestas educativas para hacer con los niños en verano
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Realizar barquitos con materiales reciclados para hacer competiciones en piscinas, ríos o similar.
Una propuesta puede ser llevar a cabo barcos con tapas metálicas de los tarros de cristal y añadirles una pequeña vela hecha con papel de colores. No es la única manera, también se pueden hacer con corchos o si no disponemos de nada pero estamos en el campo siempre podemos coger ramitas y lanzarlas al río para ver cuál llega más lejos antes de hundirse. Si tenemos opción de llevar a cabo la manualidad, se trata de hacer algo sencillo, que puedan hacer incluso los más pequeños y que cumple varios propósitos. Por un lado los niños se entretienen y divierten, trabajan la motricidad fina recortando la vela, podemos aprovechar y fomentar valores como el del reciclaje, la segunda vida de los materiales, el cuidado por el medio ambiente y aprender conceptos nuevos como el de materiales que flotan y materiales que se hunden.
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Llevar a cabo experimentos científicos en el exterior
Todos los niños llevan un pequeño científico dentro, puesto que su instinto siempre es el de buscar el porqué de las cosas, preguntar, investigar, observar, tocar, manipular, explorar. La idea es aprovechar cualquier elemento exterior para generar inquietudes y que puedan comprobar científicamente y por ellos mismos la solución. Por ejemplo: ¿Cuántas patas tienen las arañas?¿Todas tienen la misma cantidad o depende del tipo de araña? Generando esta pregunta podemos llevar a cabo toda una sesión de observación e investigación con lupas buscando diferentes tipos de arañas, viendo sus semejanzas y diferencias, etc.
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Trasvases y juegos de agua
Con la calor que hace en verano a quien no le apetece jugar un poco con el agua. Siempre podemos hacer guerras de agua, jugar con globos de agua o juegos similares, pero si queremos aprovechar para que además trabajen la motricidad fina, la coordinación óculo-manual y las cantidades y volúmenes podemos jugar a trasvases de líquidos. Para que sea más divertido podemos teñir previamente el agua con colorante alimentario y dejar que jueguen libremente. Solo necesitaremos barreños de agua de diferentes tamaños, cubos, cazuelas, vasos, pipetas, cucharas soperas y elementos similares. Lo ideal es realizar esta actividad en el exterior en un patio o similar para no estar sufriendo por si lo llenan todo de agua… ¡que es lo más posible!
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Pequeños pintores con… ¡hielos!
Con la calor lo que más apetece son propuestas fresquitas. Solo necesitamos preparar previamente los materiales de pintura. En este caso, el día de antes tenemos que coger cubitera y añadir agua y un colorante alimentario diferente en cada cubito. Al día siguiente sacamos del congelador y listo para usar, preferiblemente en el exterior si no queremos liarla demasiado en casa. Los niños van a disfrutar realizando una tarea artística, al mismo tiempo que se divierten y se refrescan. ¿Se puede pedir más?
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Juegos de pistas por la ciudad, el pueblo o en casa
Además de trabajar la lectoescritura si las pistas son escritas, en niños más mayores podemos trabajar la capacidad viso-espacial y la interpretación de un mapa, además, si extendemos el juego de pistas no solo a nuestra casa sino a lugares importantes del pueblo o barrio en el que estemos veraneando el juego será más enriquecedor todavía. Si el niño es un poco mayor y ya sabe escribir, otra variante del juego puede ser pedir que sea él mismo el que cree las pistas (quizás con la ayuda de un adulto, sobretodo si implica salir fuera de casa) y que sea un hermano u otros adultos o familiares los que intentes resolver las pistas. Muchas veces pensamos que los niños son menos capaces de lo que realmente son.
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Jugar a detectives de animales
Os recomiendo crear un Kit de Observación. El kit consiste en coger una pequeña bolsa y poner dentro una lupa, un microscopio, tarros de plástico que venden ya preparados para albergar insectos y poderlos observar, una libreta y bolígrafo para realizar registros de observación y tarjetas con dibujos de animales e insectos que puede jugar a buscar y encontrar. Personalmente me encanta esta propuesta porque no solo estamos trabajando la capacidad de observación, sino que estamos fomentando la concentración y la atención y el interés y respeto por el mundo animal. Lo ideal es hacer alguna excursión a la montaña y pasar el día haciendo de detectives de insectos.
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Tiempo para aburrirse
El aburrimiento es necesario porque es en ese momento cuando el niño tiene que hacer el esfuerzo de pensar en qué le apetece hacer, de ser creativo e inventar una ocupación, de reflexionar sobre cuáles son sus gustos y que le apetece realmente. Pienso que esta frase lo resume muy bien. «El aburrimiento es la antesala de la creatividad». Así que, aunque esta, obviamente, no es una propuesta como tal, pienso que es importante que no nos sintamos en la obligación de ocupar todo el tiempo de los niños y darles el protagonismo, también, de sus momentos de ocio.