¿Cómo afecta el divorcio a un niño/a? Y como tratarlo en el aula
El divorcio se ha convertido en algo bastante común en nuestra sociedad pero no por ello hemos de darle poca importancia y no tratar la situación con delicadeza cuando hay hijos de por medio. En la actualidad es más común que nos encontremos en el aula una cantidad de alumnos con padres separados. Esta situación preocupa tanto a padres como a profesores y por eso debemos tener en cuenta sus características y qué hacer frente a ello, pues realmente el divorcio afecta a los hijos.
Divorciarse no es fácil y la tensión en casa puede ser habitual. Los primeros días los padres deberán enfrentarse al momento de comunicar a sus hijos que han decidido separarse, los niños llegarán al colegio y llevarán consigo esta angustia, tristeza, rabia, soledad, incomprensión o lo que sientan con ellos. Los profesores han de tener en cuenta que en función de la edad de los niños y de la madurez psicológica de estos podrán tener problemas para expresar lo que sienten. Lo más habitual es que sientan miedo o confusión por su futuro, ¿qué pasará ahora?, ¿qué harán mis padres?, ¿cuándo los veré?, etc… todas estas preguntas y otras invadirán sus pensamientos. Los profesores han de apoyar a estos niños que les afecta el divorcio y estar atentos a posibles indicativos si detectan la necesidad de derivarlos a otro profesional. El divorcio altera tanto a padres como a hijos.
Los efectos que provoca el divorcio son varios:
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Los niños pueden obtener un peor autoconcepto y autoestima.
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Tener dificultades sociales y /o dificultades emocionales, como depresión, miedo, ansiedad.
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Mostrar problemas de conducta.
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Tener conductas regresivas como orinarse en la cama, succionar el pulgar, entre otras.
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Mostrar miedos, a no ser querido, a no ver más al padre que se va de la casa, miedo a rechazo, etc.
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Enfado, que demuestren rompiendo objetos o juguetes ya que sienten que sus padres les han traicionado.
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Sentirse culpables del divorcio.
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Preocupación.
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Tener pesadillas.
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Negar la tristeza y decir que “todo va bien”.
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Tener conductas manipuladoras y aprovechan las situaciones conflictivas de los padres para satisfacer sus deseos y caprichos.
Hay que señalar que las reacciones emocionales que se dan en los niños no están predeterminadas. Estas dependen de diferentes factores, como la historia vivida por el niño, las habilidades que tenga de afrontar los problemas y las nuevas situaciones y, evidentemente, la edad que tenga en el momento del divorcio.
Pero en el aula los niños deberán seguir su proceso de aprendizaje y no alterar su rendimiento académico, que es uno de los efectos que aquí nos ocupan.
Los niños pasan la mayor parte de su tiempo en la escuela y será en el aula, en el patio, con sus compañeros y con sus profesores donde se verá reflejado el malestar que puedan tener por la situación que están viviendo en casa. El profesor será una pieza clave para el desarrollo del niño en esta situación, su apoyo será definitivo para los niños que viven el divorcio de sus padres.
Es necesario que el profesor esté informado de la situación, no solo de que la decisión de la separación se ha hecho efectiva sino también de cómo se llevará a cabo todo el proceso, donde vivirá el niño, el régimen de visitas, el trato entre los padres, etc… El profesor será el encargado de que los compañeros entiendan y respeten lo que le está pasando al niño. En algunas ocasiones deberá actuar como mediador.
Las pautas más importantes a tener en cuenta pasan por propiciar un ambiente en el aula donde el niño pueda comunicarse con tranquilidad y expresar sus sentimientos aunque no se debe forzar a los niños a hablar del divorcio se ellos no lo desean, hay que respetar sus tiempos y momentos, cada persona tiene sus ritmos. Puede ser interesante realizar alguna actividad donde se permita a los niños interiorizar lo que están viviendo y los cambios que están sucediendo.
El divorcio les afecta por eso es un momento importante para fortalecer los logros del niño, identificar sus habilidades y destrezas y hacérselas saber, así el niño se sentirá más seguro y contribuirá a su autoestima de una manera muy positiva. Como hemos dicho antes, la autoestima se ve afectada en el momento del divorcio.
El profesor deberá estar atento a los cambios que se produzcan a nivel académico y tomar las medidas oportunas para llegar a tiempo a las soluciones, si es necesario se contará con el departamento psicológico de la escuela o en caso de no tenerlo con uno externo, sin dramatizar la situación.
Por último, el profesor deberá motivar al niño ya sea con actividades extraescolares o dándole la oportunidad de sobresalir en alguna actividad curricular frente a sus compañeros donde se vean reforzadas sus habilidades e intereses.
Como hemos visto el divorcio de unos padres afecta a los hijos y el maestro es un adulto importante que está muy presente en este momento de la vida de su alumno, por ello es básico que el niño sienta el apoyo de este y le ayude en la aceptación y adaptación al proceso.
¿Qué opinión tenéis vosotros sobre la ayuda del profesor en el aula?
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