La música en educación especial
Hoy en día hablamos de alumnado de educación especial o necesidad educativa especial (NEE) cuando un niño requiere de determinados apoyos o atenciones educativas específicas durante un período de su escolarización o a lo largo de toda ella. Por ello, es de gran necesidad disponer de determinadas ayudas pedagógicas para conseguir potenciar al máximo las habilidades que ya posee. Así, una NEE es descrita como aquello que es esencial para la consecución de los objetivos educativos que nos marcamos. ¡Infórmate sobre nuestro curso de educación especial!
Asimismo, hay que tener en cuenta que las necesidades educativas especiales abarcan desde los trastornos más dependientes hasta la superdotación, ya que en esta última los contenidos curriculares resultan demasiado fáciles y es necesaria una adaptación curricular para subir el nivel. Como educadores, debemos tratar de optimizar al máximo todas las potencialidades y habilidades de todos estos niños e intentar que la escuela sea un lugar lo más integrador posible.
Es de saber popular que la música enriquece y estimula a partes iguales. Si buscamos el término musicoterapia, podemos ver que es la científica aplicación del arte de la música con fines terapéuticos. En este caso, la música está desempeñando un papel de bienestar social proporcionando al niño una experiencia sensorial que le va a facilitar un desarrollo emocional y psicofisiológico equilibrado.
Todos somos iguales ante la música ya que todos somos capaces de hacer música y nadie, cualesquiera que sean sus capacidades físicas o intelectuales, queda fuera de esta posibilidad. En este sentido, la música actúa como fuerza integradora del alumno con NEE de forma muy positiva. Por una vez, quizá es percibido como uno más del grupo sin distinción de ningún tipo e incluso nos servirá como aliciente contra aquellos alumnos más reticentes a tratarlo como uno más.
Según un estudio realizado por Annely Séller en 1990, entre las ventajas más significativas de la música está el desarrollo del aspecto intelectual, socio afectivo, psicomotor, de crecimiento personal y formación de hábitos; siendo además una herramienta que ofrece muchos recursos y aplicaciones para la formación en valores en la educación básica.
En lo que respecta al aspecto intelectual, Séller considera que la música desarrolla una relación apropiada con el propio organismo favoreciendo la autoestima y permite la improvisación de respuestas creativas a situaciones imprevistas. Favorece la atención, la observación, la concentración, la memorización, la experimentación, el conocimiento y la percepción de conceptos globales como tiempo, espacio, y antagónicos como alto-bajo, suave-fuerte, claro-oscuro, largo-corto, etc. Beneficia el lenguaje y desarrollo del cálculo, la agilidad mental y la creatividad, permite evaluar resultados, mide capacidades, ayuda al conocimiento de sí mismo y enseña a pensar. Además, cumple una función muy importante en el desarrollo socio-afectivo del niño al enseñar a diferenciar roles y definir responsabilidades, lo capacita para una mayor y mejor participación en el aula, en la relación con los compañeros y hasta con los mismos adultos al compartir o interactuar con ellos a través de juegos y actividades musicales (cantar o tocar algún instrumento), dirigidas fundamentalmente a ejercitar destrezas.
Así, a partir del trabajo con las canciones trabajaremos otras áreas de conocimiento. Por ejemplo, trabajaremos lengua al hacer un uso correcto del lenguaje oral al cantar. Matemáticas con aquellas canciones en las que aparezcan elementos cuantificadores. Educación artística, dibujando personajes que aparecen en las canciones, o trabajando el barro mientras evocamos la idea que nos ha aportado determinada canción. En definitiva, la música ayuda a que desarrollen las capacidades al máximo, que saquemos lo mejor de la potencialidad de cada niño, incluyendo los NEE.
Por otro lado, uno de los principales problemas que nos encontramos al trabajar con niños NEE es el de la comunicación, pues les resulta difícil expresarse, relacionarse… Esto puede ser debido a su carencia de vocabulario y su uso limitado de palabras. En este sentido, la música nos serviría como vía de comunicación no verbal ya que conlleva la expresión de emociones y de acciones que no precisan de una organización lingüística ni de explicaciones. Mediante la música el niño con NEE encuentra el camino de la expresión de sus sentimientos.
Según otra autora importante Larcárcel Moreno, J. (1995), “la aplicación de la musicoterapia constata que muchos niños han mejorado considerablemente las condiciones asociadas a su discapacidad”. En términos generales, los beneficios pueden considerarse los siguientes:
- Aumento de la comunicación y expresión, favoreciendo el desarrollo emocional.
- Mejora de la percepción y la motricidad.
- Favorecimiento de la expresión de problemas, inquietudes, miedos, bloqueos, actuando como alivio de la ansiedad.
- Equilibrio psicofísico y emocional.
- Mejora de las respuestas psicofisiológicas registradas en diferentes parámetros: encefalograma, ritmo cardíaco, amplitud respiratoria, etc.
- Mejora en el rendimiento corporal. Aumento del riego sanguíneo cerebral.
Así, después de observar los resultados de varios estudios y de vivir la aplicación de la música en el trabajo diario con niños con NEE podemos decir que:
- El niño se sensibiliza ante el arte.
- Experimenta emociones y espontaneidad.
- Descubre un nuevo medio de expresión y comunicación.
- Fortalece su autoestima
- Conoce y expresa sus capacidades.
- Demuestra su perseverancia en el alcance de metas, se motiva a superar dificultades.
- Despierta su observación y aceptación de todo cuanto le rodea, le permite seguridad al desplazarse y ubicarse en el tiempo y en el espacio.
- Le facilita la integración grupal al compartir cantando y tocando los instrumentos con los compañeros, lo que refuerza a su vez la noción de trabajo cooperativo y otros indicadores de buena convivencia, como el respeto a la diversidad.
- Le permite descargarse, relajarse y canalizar sus energías de una manera apropiada.
Como veis, la música repercute muy favorablemente en aquellos niños con NEE. Como educadores, hay que proporcionarles al máximo este tipo de terapias para potenciar al máximo sus capacidades. Y vosotros, ¿habéis trabajado la música con niños con NEE?
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Laura López Mera