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Psicología infantil: ¿Cómo detectar el bullying?

Psicología infantil: ¿Cómo detectar el bullying?

Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Por desgracia esta palabra está de moda y hoy en día todos la conocen debido a la cantidad de casos que se dan en escuelas y colegios de todo el mundo. En España se estima que un 1,6% de los niños y adolescentes sufren acoso escolar de forma constante y que dicho acoso puede afectar a niños de todas las condiciones sociales, tanto en colegios públicos como en privados, de ciudades grandes o de pueblos más pequeños. Por esta razón es primordial detectar el bullying. Si te interesa este tema y quieres involucrarte en profundidad, no dudes en especializarte con nuestro curso de psicología infantil y juvenil.

¿Qué es el bullying desde el punto de vista de la psicología infantil?

A lo largo de la infancia es completamente normal encontrarnos con situaciones conflictivas entre niños, como peleas puntuales o insultos. No obstante, no debemos confundir este comportamiento habitual en la infancia con el bullying.

El Bullying es un acoso continuado en el tiempo de un niño o grupo de niños hacia otro. No se trata, por lo tanto, de una pelea puntual, sino que el agresor o agresores mantienen una conducta provocadora e intimidante permanente. Dicho acoso escolar puede darse tanto a nivel de maltrato psicológico, como físico o verbal.

Los expertos en psicología infantil señalan que el bullying implica 3 componentes:

  1. Implica un desequilibrio de poder entre el acosador o acosadores y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o puede ser percibido así por la víctima.
  2. La agresión se lleva a cabo por un acosador o acosadores que intentan dañar a la víctima de forma intencionada.
  3.  Existe un comportamiento agresivo, observable siempre hacia la misma víctima y sobretodo, de forma constante, reiterada.

Dicho esto, una pregunta que nos solemos hacer, padres y educadores es… ¿Existe un perfil de riesgo para sufrir Bullying?  En términos generales cualquier niño o niña puede ser víctima del acoso escolar, no obstante, si que existen ciertos rasgos que los pueden hacer más vulnerables a sufrir bullying. Por ejemplo:

  • Tener una baja popularidad entre sus compañeros, lo que le impide recibir ayuda o apoyo por su parte.
  • Niños con muchos miedos e inseguridades.
  • Temperamento débil y tímido.
  • Baja autoestima y fracaso escolar.
  • Sentimientos de culpa.
  • Sobreprotección por parte de la familia, lo que le impide disponer de las habilidades para enfrentarse al mundo que le rodea.
  • Pocas dotes comunicativas.

No obstante, cualquier alumno, incluso aquellos que son buenos estudiantes, con buen comportamiento y buenas relaciones familiares pueden sufrir acoso. Por ese motivo es importante estar muy atentos, tanto padres como docentes, a las señales que nos pueden hacer saltar la alerta sobre si nuestro hijo o alumno puede ser víctima de Bullying en clase.

¿A qué debemos prestar atención? ¿Cómo detectar el bullying?

  • Cambios en el comportamiento habitual del niño o cambios de humor.
  • Tristeza, llantos o irritabilidad. También nerviosismo, ansiedad, angustia, etc.
  • Cambios en el sueño, pesadillas, o en el apetito.
  • Dolores de tipo somático, dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
  • Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares con frecuencia.
  • Presenta golpes, hematomas y explica que se cae con frecuencia.
  • No se relaciona con sus compañeros, no acude a excursiones o visitas del colegio.
  • Protesta para ir al colegio, indica que no quiere ir, finge dolencias para evitar determinados entornos.

Como educadores, además, podemos observar y prestar situación ante situaciones concretas como:

  • Observar la relación de los alumnos en momentos en los que los educadores no suelen estar presentes como por ejemplo en los pasillos, en el recreo, en el comedor, en los accesos a los baños, etc.
  • Dar importancia a las risas o abucheos que se dan en clase de forma repetida ante algún alumno determinado.
  • Si algún alumno se queja de forma habitual de burlas hacia él.
  • Si cada día pierde material escolar, le faltan libros, etc.
  • Observar a aquellos alumnos que no tienen relación con sus compañeros, que están aislados.
  • Prestar atención a los alumnos que busca la cercanía de los adultos en el recreo, juega siempre con niños de menor edad, o se coloca en lugares alejados del resto de iguales.

Tristemente, en la mayoría de los casos, padres y profesores son los últimos en detectar el bullying y en enterarse de este tipo de situaciones. La vergüenza y el miedo a las represalias provoca que los niños que sufren acoso escolar escondan la situación a los adultos. No obstante, cuando un niño sufre se producen cambios, como hemos visto, de comportamiento, de personalidad, en sus rutinas, etc y por ese motivo, conviene prestar una escucha activa a sus palabras y observar atentamente al niño si detectamos alguna señal que nos alarme. Cuanto antes se detecte una situación de bullying antes se podrá empezar a trabajar en ello para ponerle solución, tanto en el ámbito escolar, con profesores y compañeros del niño, como por parte de la familia y prestando atención psicológica al niño afectado.

Como habéis podido leer, no siempre es fácil detectar casos de bullying y una vez en conocimiento del adulto es necesario trabajar de forma conjunta con todo el entorno del niño para conseguir parar y reparar esta situación. Detectar el bullying de forma temprana es clave en estos casos! Y vosotros, ¿qué opináis?

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Nancy López Lago

Psicóloga especialista en Terapia Breve Estratégica y Técnica en Educación Infantil. Apasionada por la docencia, el arte de enseñar y el de aprender cada día. Superarse y ser feliz.
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