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Resolución de conflictos en el aula de educación infantil

Resolución de conflictos en el aula de educación infantil

Escrito por Eva Cebollero Pardina

Generalmente, cuando hablamos de «conflicto» nos vienen a la mente palabras como: inquietud, malestar, preocupación… suelen quitarnos horas de sueño y una gran mayoría de ocasiones sólo vemos la parte negativa.
 

En el artículo de hoy vamos a hablar de los conflictos en la educación infantil. Para ello, vamos a responder a los siguientes interrogantes: ¿cómo podemos transformar la visión negativa de los conflictos en positiva?, ¿cuáles son los principales conflictos que se suelen dar en las aulas de educación infantil?, ¿cómo podemos resolverlos?
 

Sin más preámbulos, paso a dar respuesta a cada uno de los interrogantes propuestos:

 

¿Cómo podemos transformar la visión negativa de los conflictos en positiva?

Si transformamos un conflicto en un problema, libre de cargas emocionales, su resolución no resultará mucho más sencilla.

Para ello podemos:

  • Ver el conflicto como algo inherente y necesario en las relaciones humanas. Es inevitable. Y, por tanto, debemos valorar porqué ha sucedido y afrontarlo.
  • Es una forma de expresión de las necesidades. Si no damos a conocer aquella actitud, acción… que nos ha molestado por miedo a entrar en conflicto, nunca podremos cambiarlo poniéndole solución.
  • Es una oportunidad de desarrollo personal (y de crecimiento personal). Es importante valorar todos los aprendizajes que extraeremos una vez solucionado el conflicto.
  • Es necesario considerar la diversidad y la diferencia como un valor. A mayor diferencias de opinión, más amplio será el abanico de soluciones a proponer.
  • Es una palanca de transformación. A todos los niveles (personal, laboral, profesional, familiar, fraternal, social…)

    ¿Cuáles son los principales conflictos que se suelen dar en las aulas de educación infantil?

    Los voy a clasificar en tres grandes grupos:

    Conflictos entre iguales: Se dan diariamente y es que es imposible olvidar que están en «plena fase de egocentrismo», por tanto, pueden surgir porque, por ejemplo: María está jugando con un juguete y Pedro se lo quita sin pedir permiso; Luis quiere jugar a un juego y Mario a otro; Laura y Paco quieren el mismo juguete; Noelia dice que Mar ha dicho «esto» y Mar dice que es mentira;… Para nosotros suelen ser «tonterías», pero para ellos no, por tanto, debemos escucharlos detenidamente   e intentar que, poco a poco, sean ellos, los que le pongan solución al conflicto.

    Conflictos entre el equipo docente: Pese a trabajar en el mismo centro educativo, cada uno tenemos nuestro propio punto de vista, nuestra forma de trabajar y de enforcarla, etc. Esta disparidad nos lleva, en muchas ocasiones, a confrontar diferentes opiniones y/o intereses y, por tanto, a tener que buscar una solución que procure satisfacer a todas las partes involucradas en el conflicto.

    Conflictos con las familias: Como educadoras estamos al cuidado y formamos parte importante de la educación de los/as hijos/as de muchos padres y madres. Es muy difícil «satisfacer y gustar» a todas las familias y, en múltiples ocasiones, ya sea por tener opiniones diferentes y/o por falta de comunicación (o simplemente porque ha surgido un mal entendido) inevitablemente surgen conflictos en los que es más importante que nunca sentarse a hablar, pues la principal parte afectada por ellos son los niños.

    ¿Cómo podemos resolverlos?

    Como bien hemos visto, es imposible «huir» de los conflictos, por tanto, debemos ponerles solución. Este planteamiento parece fácil, pero no es así. Por este motivo, daré por finalizado el artículo explicando algunos aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de resolver conflictos:

1. Poner en práctica el que yo denomino «arte de ponerse en la piel del otro»: la empatía: Muchas veces somos incapaces de pensar en el punto de vista de la otra persona, por qué actúa así, etc. Si ponemos un poco de nuestra parte e intentamos entender diferentes opiniones nos será más fácil resolver el problema originado e, incluso, en algunas ocasiones, evitarlo.
2. Escucha activa: Una de las habilidades sociales más importantes para desarrollarse en nuestra sociedad. Es importante escuchar los puntos de vista e intereses de todas las partes implicadas en un conflicto para poder entender qué ha pasado. Muchas veces nos vemos involucrados en un conflicto de intereses y por culpa de no conocer las demandas de la parte contraria, no nos damos cuenta de que, quizás, nuestros intereses tienen más puntos en común de lo que parece inicialmente.
3. Tomar una actitud asertiva: Es tan imprescindible escuchar a los demás activamente e intentar ponernos en su lugar, como procurar comprender sus sentimientos y emociones (hay que tener en cuenta que es imposible sentir lo que sienten los demás porque esto es totalmente subjetiva), esto también nos llevará a entender las actitudes, conductas… de la otra persona.

4. No infravalorar el conflicto: Es decir, si nos encontramos con un niño, compañero, padre… preocupado por un problema/conflicto que nos parece una “tontería” nunca debemos quitarle importancia porque, muy probablemente, detrás de él, hay una persona que sufre y que se siente todavía peor porque se siente incomprendido.

Aquí doy por finalizado el artículo de hoy. Creo que es interesante, pues como bien hemos dicho, el conflicto forma parte de nuestro día a día.

Os animo a que expliquéis en comentarios algún conflicto vivido en el ámbito escolar: ¿qué ocurrió?, ¿cómo os sentisteis al veros involucrados en él?, ¿cómo lo solucionasteis? 

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