Faros LED, halógenos o xenon ¿cuáles son mejores?
Desde su invención en el año 1878, la lámpara incandescente común ha sido prácticamente la fuente de luz artificial más masivamente utilizada, aunque desde el año 1939 compite también con los tubos de lámparas fluorescentes, mucho más eficientes y económicos. Vamos a ver los tres sistemas más eficientes hoy en día.
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Faros LED
El diodo emisor de luz o LED es uno de los dispositivos fotónicos más sencillos y tiene importantes aplicaciones tanto para visualización como para generar señales ópticas en comunicaciones. Comparado con el diodo láser (LD) su fabricación es mucho más sencilla pues no requiere una cavidad óptica especial para su funcionamiento. Aunque sus desventajas son una baja señal óptica, un espectro muy ancho y de luz no coherente y una respuesta bastante lenta. La estructura básica de un LED es una unión p-n la cual está directamente polarizada inyectándose electrones y huecos en las zonas p y n respectivamente. La carga correspondiente a los portadores minoritarios inyectados en cada una de estas zonas se recombina con la correspondiente a la de los portadores mayoritarios bien en la zona de agotamiento o bien en las zonas neutras. En semiconductores de gap directo, esta recombinación da lugar a una emisión de luz (fotones), es decir, que en estos materiales de alta calidad domina la recombinación radiante. Sin embargo, en materiales de gap indirecto el rendimiento de la emisión de luz es bastante pobre, la mayor parte de las recombinaciones tiene un rendimiento muy bajo generando más bien calor que luz. Los dispositivos emisores de luz (LEDs) son una de las clases de dispositivos que ha dado mayor ímpetu a la industria de los componentes semiconductores. Como el silicio (Si) es un material de gap indirecto, y la recombinación radiante en él es muy pobre, dicho material que domina todas las demás áreas de la electrónica, no es un material utilizado cuando se habla de emisión de luz (LEDs).
Faros Halógenos
Las ventajas en comparación con las lámparas incandescentes comunes son:
- Emiten una luz 30 % más blanca y brillante empleando menos potencia en watt.
- Son más eficientes, por lo que consumen menos energía eléctrica por lumen de intensidad de luz aportado.
- Son mucho más pequeñas comparadas con una incandescente normal de la misma potencia en watt.
- No pierden intensidad de luz con las horas de trabajo, pues los vapores de tungsteno no ennegrecen la envoltura del cristal de cuarzo
- Prestan un mayor número de horas servicio.
- La mayoría de los modelos se conectan directamente a la red de distribución eléctrica doméstica de 110 o 220 volt y en otros modelos a un transformador que reduce la tensión a los 12 volt que requieren para funcionar.
Las desventajas son las siguientes:
- Al igual que ocurre con las lámparas incandescentes comunes, las halógenas consumen más energía disipando calor al medio ambiente que emitiendo luz, aunque su rendimiento es más económico.
- Debido a que el filamento se encuentra muy cerca de la envoltura el cristal de cuarzo se calienta excesivamente.
- Emiten radiaciones ultravioleta junto con la luz blanca visible, por lo que para utilizarla como lámpara de lectura se recomienda colocarle delante un cristal común de protección para que absorba esas radiaciones.
- No se pueden tocar directamente con los dedos, pues el sudor o la grasa de las manos altera la composición química del cristal de cuarzo. Esa reacción, conocida como “desvitrificación”, deteriora la cápsula o el tubo de protección, provocando que el filamento se funda.
Las lámparas halógenas tienen también un amplio y eficiente empleo en la iluminación del hogar, tiendas comerciales, oficinas, faros delanteros de los automóviles o coches, etc. Su eficiencia luminosa alcanza entre 20 y 25 lm/W (lúmenes por watt de consumo) en comparación con los 10 ó 18 lm/W que aporta una lámpara incandescente.
Faros de Xenon
Las ventajas de las lámparas de xenón frente a las halógenas son varias. La más importante es el haz de luz que proyectan, superior a 3,000 lúmenes de media frente (3.000k a 5.000k) a los 1,400 de una bombilla halógena. Además el color del haz es mucho más blanco (debido a una temperatura menor, lo que se traduce también en menos pérdidas), un tono que favorece la visión en la noche y causa menos cansancio visual al asemejarse más a la luz diurna. Por tanto, decantarse por un sistema de iluminación xenon será positivo para la seguridad durante la conducción nocturna. Un haz de luz más largo nos permite tener más tiempo de reacción frente a cualquier contratiempo.
En condiciones de niebla o lluvia intensa tanto el faro LED como el faro Xenon no son lo más recomendable ya que nos deslumbran a nosotros mismos. Lo ideal para este tipo de climas es luces halógenas. Los faros xenón a la hora de la verdad es el que mayor alcance tiene por mucho que digan los fabricantes. ¿Cuál te gustaría llevar en tu coche?
Escrito por Carlos Guillén Burguillos