Normas básicas de seguridad para un alojamiento turístico
Difícilmente nos alojaríamos en un establecimiento que no nos inspire una confianza ya sea por un deteriorado estado en sus instalaciones, como por una ausencia de personal que nos garantice una cierta seguridad ante posibles conflictos de convivencia o que pueda disuadir la posibilidad de un atentado.
Estaríamos, pues, ante uno de los condicionantes para la elección, en algunos casos de un establecimiento turístico u otro, y en otros casos, incluso de un destino u otro. La amenaza de algún fenómeno meteorológico puede hacernos cambiar de idea a la hora de visitar según qué zonas del planeta, lo mismo que el riesgo de no mantener nuestra integridad física puede aconsejarnos no visitar algunos países, y si lo hacemos, no abandonar las zonas de seguridad marcadas por la dirección del hotel.
Seguridad en los alojamientos turísticos.
Llegados a este punto, podemos definir la seguridad como el conjunto de recursos, tanto humanos como materiales que dispone y destina la gerencia de un determinado establecimiento turístico con el fin de prevenir riesgos y peligros, así como, en el caso de que ocurra algún suceso, estaríamos hablando de los protocolos habilitados para proceder ante eventuales desalojos o simplemente para proceder a la señalización y sustitución de una placa del techo en mal estado.
Como podemos observar, estamos ante una infraestructura muy importante dentro del organigrama de cualquier centro turístico.
A la hora de planificar un buen sistema de seguridad se tendrán en cuenta dos aspectos, por un lado la prevención y por otro la actuación.
Vamos a analizar y a clasificar los posibles tipos de riesgos ante los que podemos encontrarnos:
- Riesgos elementales.
Independientemente del origen, estaríamos ante cualquier riesgo con consecuencias más o menos catastróficas, desde incendios, inundaciones hasta los efectos provocados por huracanes, tsunamis…
- Riesgos criminales.
Serían los provocados por terceras personas.
- Riegos técnicos.
Derivados por una mala gestión de las consideraciones técnicas de mantenimiento de los distintos elementos del hotel.
- Riesgos elementales.
Estaríamos hablando de catástrofes. Muchas de ellas están muy localizadas geográficamente como por ejemplo los huracanes, tsunamis o terremotos. En nuestro país suponen un riesgo ínfimo. Sin embargo, hay otro tipo de catástrofes que sí que se tienen que tener en cuenta. Hablamos de los incendios:
El hotel deberá contar con un sistema anti-incendios homologado por una empresa del sector que, básicamente, consiste en instalación de aspersores, colocación de extintores adecuados en función del riesgo y mangueras debidamente señalizados.
El establecimiento deberá contar con un plan de emergencia y de evacuación debidamente señalizado por todas las estancias del local.
Otros riesgos de los que tenemos que estar preparados son los posibles cortocircuitos eléctricos y los escapes de gas. Un correcto mantenimiento de las instalaciones evitará en gran medida este peligro.
- Riegos criminales.
Implican la actuación de terceras personas con intención criminal: robos, chantajes, atentados. El establecimiento deberá contar con un sistema tanto tecnológico a través de alarmas y métodos anti-intrusión, como de personal que controle los accesos y esté presente en las zonas de mayor concentración de huéspedes.
- Riesgos técnicos.
Son los que derivan de un incorrecto mantenimiento de los equipos. El mantenimiento debe realizarse en tres acciones:
- Mantenimiento preventivo.
Consiste en la comprobación del correcto funcionamiento de todos los componentes de todas las instalaciones. La mejor herramienta apara realizar este mantenimiento es el check-list.
- Mantenimiento correctivo.
Consiste en la corrección de todas las deficiencias observadas durante el mantenimiento preventivo. Es muy importante el concepto ya que se trata de sustituir las piezas y parte de la instalación, antes de que se produzca la avería.
- Reparación de averías.
Es un mantenimiento forzado ya que en este momento un determinado equipo no funciona o corremos el riesgo de que se produzca un grave incidente.
Siguiendo un correcto plan de mantenimiento no solo nos aseguraremos del correcto funcionamiento de todas las instalaciones sino que nos anticiparemos ante posibles deterioros de las partes de nuestro establecimiento como barandillas, pintura, instalaciones eléctricas o conducciones de agua, sino que también nos supondrán un considerable ahorro económico.
En atención a esta tipología, los establecimientos en función de sus características y de las propias de la zona geográfica en que se encuentren, deberán destinar más o menos porcentaje de actuación a unos determinados riesgos u otros.
Estas serían las normas básicas que todo establecimiento debe seguir, no obstante, cualquier acción adicional será un punto de mejora en la consideración del establecimiento, como por ejemplo la presencia de un médico o un enfermero en las propias dependencias y la existencia de un botiquín en el que practicar unos primeros auxilios en caso de algún accidente.
Eso sí, desde el primer momento y en cualquier ámbito del hotel, la seguridad, no solo debe existir sino que el cliente debe percibirla, si no queremos que nuestro establecimiento adquiera la sospecha de inseguro. Estamos ante uno de los aspectos más valorados por el cliente.
Francesc Olalla