El educador sanitario: conócelo a fondo

La buena salud general de la población es un logro que se consigue en equipo, a través del trabajo conjunto de los diversos profesionales de la sanidad. Pero puede que el más centrado en concienciar a la ciudadanía sea el educador sanitario, un experto que asiste a las comunidades, detecta los peligros y las necesidades que padecen, y les inculca hábitos beneficiosos.

El perfil idóneo para ocupar este puesto de trabajo es el de la rama de la nutrición. En CEAC Formación Profesional Oficial contamos con un completo programa para que te titules en la FP de Grado Superior en Dietética y contribuyas a mejorar el estilo de vida de las personas en todo tipo de centros e industrias relacionadas con la salud y la alimentación. ¡Descubre más sobre la especialidad con la que construirás tu trayectoria!

¿Qué es un educador sanitario?

Un programa de salud, una advertencia sanitaria, una formación sobre hábitos saludables… Detrás de todas estas acciones se encuentra la misma figura: el educador sanitario.

Aunque no es el más conocido del mundo de la sanidad, se trata de un especialista muy común y demandado en el tejido productivo. Gracias a su formación y a su experiencia, es capaz de implantar costumbres saludables entre las personas, erradicar malos hábitos y potenciar y alargar sus niveles de bienestar personal.

Un educador sanitario es un profesional que se encarga de difundir hábitos de vida saludables entre la población

Su tarea más importante es la labor de difusión que realiza, y que incluye, por ejemplo, hábitos de higiene, dietas específicas o actividades físicas recomendadas. Los conocimientos de dietética son especialmente útiles para asistir correctamente a la población, una función que podrás desempeñar en las siguientes esferas:

• Centros de Atención Primaria.
• Residencias de ancianos.
• Instituciones de salud mental.
• Colegios e institutos.
• Empresas de restauración y alimentación.
• Centros deportivos.

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Funciones de un educador sanitario

Promocionar hábitos saludables es una actividad muy amplia. Dentro de ella, se encuentran multitud de tareas distintas, que tendrás que desarrollar eficazmente si te conviertes en educador sanitario. ¡Descúbrelas una a una!

Inculcar un buen estilo de vida

Como ya dijimos, difundir prácticas saludables es la tarea crucial de un educador sanitario. Como tal, elaborarás programas educativos sobre dietas, ejercicio, higiene y seguridad alimentaria, así como otros consejos que ayuden a prevenir las dolencias más comunes de la población.

Además de impartir formaciones, redactarás materiales informativos que puedan llegar a la ciudadanía a través de vías no presenciales. Estos documentos deberán estar adaptados a las características de la comunidad a la que te diriges, de manera que resulten útiles para ella.

Resolver las dudas de la comunidad

Hay muchas prácticas sencillas y saludables con las que se pueden evitar males mayores, pero que no son tan vox populi como deberían. Para solucionar situaciones como esta sirve el educador sanitario, que debe asistir a los que acuden a él con preguntas sanitarias y ofrecerles una respuesta clara y comprensible.

Estudiar el estado de la salud de la población

En algunas comunidades la obesidad infantil puede ser un problema, igual que en otras lo puede ser la desnutrición o los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Con el fin de dar buenas recomendaciones, el educador sanitario investiga el segmento de población al que atiende, una tarea que también puede realizar con fines investigadores.

Crear menús personalizados

Gran parte de la promoción para la salud se relaciona con la dieta. Por eso, una de tus funciones será la de elaborar menús individualizados para las personas a las que asistes. Analizarás su historial clínico y su forma física y, en función de ellos, confeccionarás una alimentación equilibrada. También les advertirás de sus malos hábitos y de los peligros que representan.

Tratar con otros agentes sanitarios

Los especialistas que se dedican a difundir un estilo de vida saludable se relacionan constantemente con otros actores de la sanidad. Por ejemplo, con empresas de seguros de salud, centros investigadores o asociaciones creadas para luchar contra determinadas enfermedades.

Así es como consiguen estar al día de las nuevas recomendaciones y de las costumbres perjudiciales que surgen. Los educadores sanitarios también investigan por su cuenta para mantenerse actualizados.

Requisitos: así es el perfil profesional adecuado para ejercer

Cambiar costumbres, incluso si van a ser beneficiosas, no es nada fácil. Por eso no puede hacerlo cualquiera.

Se necesita una gran empatía y una sólida capacidad de convicción para tener éxito en la empresa. Los conocimientos son otros de los atributos imprescindibles, tanto como los aspectos que reseñamos a continuación:

• Habilidades comunicativas: ser capaz de hablar con firmeza y claridad, haciéndose comprender.
• Carisma: el educador sanitario debe ser accesible, diplomático y convincente para inculcar buenos hábitos de vida.
• Paciencia: modificar patrones requiere tiempo. Mantener la calma y perseverar es clave para tener éxito en esta profesión.
• Formación: es preciso disponer de conocimientos sobre dietética, ejercicio físico y prácticas saludables en general.

¿Qué hay que estudiar para ser educador sanitario?

Tener conocimientos en alguna disciplina de la sanidad es una condición sine qua non para ejercer esta profesión. La formación más recomendable es la vinculada a los alimentos, como el Grado en Nutrición o la FP de Grado Superior en Dietética.

Aunque hay diferencias entre un dietista y un nutricionista, ambas formaciones te permitirán desarrollarte como educador sanitario. Si lo que buscas es un aprendizaje más rápido y orientado al día a día del puesto, lo más recomendable es que realices un ciclo profesional oficial y te titules como Técnico Superior.

Las remuneraciones, otro incentivo: ¿cuánto cobran estos especialistas?

Hemos definido el perfil de un educador en salud, pero, ¿cuál es el salario que recibe? Por prestar sus servicios, estos profesionales cobran entre 20.000 y 30.000 euros brutos anuales.

La cifra promedio se sitúa en los 24.000 euros al año, aunque puede variar en función del territorio, el currículum y el tipo de centro en el que el especialista desarrolle sus actividades. En todo caso, se trata de una nómina generosa con la que mejorarás con creces tus condiciones de vida.

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