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Propiedades del aceite de oliva para nuestro organismo

Propiedades del aceite de oliva para nuestro organismo

Escrito por Noemí Ojeda

Todas estas culturas asentadas en la vocera del Mediterráneo han compartido los usos del aceite de oliva en la cocina, siendo uno de los alimentos más importantes de las cocinas tanto orientales como occidentales en Europa y adquiriendo cada vez más peso en otros continentes como América. 

Para certificar sus propiedades para nuestro organismo, tenemos recientemente en nuestras manos la publicación del ensayo PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea), el estudio científico sobre nutrición de mayor envergadura que se ha realizado en España hasta el día de hoy. Se centra en la búsqueda de los efectos de la Dieta Mediterránea basal, la Dieta Mediterránea acompañada de un consumo moderado de nueces, y la Dieta Mediterránea acompañada de un consumo moderado de aceite de oliva, para determinar la capacidad de  estos factores para prevenir enfermedades crónicas a través de una modificación de hábitos alimentarios, resultando la Dieta Mediterránea enriquecida con aceite de oliva la que aportó una mayor prevención de enfermedades de carácter cardiovascular.

Los mayores beneficios del aceite de oliva se dan gracias a su composición. Los ácidos grasos presentes en el aceite de oliva son en un 55-83% monoinsaturados, existiendo en menor presencia una serie de compuestos antioxidantes denominados polifenoles. La combinación de estos compuestos con los ácidos grasos monoinsaturados le profieren al aceite de oliva un beneficio protector frente a la adhesión de las grasas a los vasos sanguíneos y respecto al transporte de colesterol a través de la sangre.

El colesterol y los triglicéridos se transportan en la sangre en lipoproteínas (proteínas que circulan asociadas a una molécula de grasa). Estas proteínas son conocidas como HDL, de alta densidad; y LDL, de baja densidad. Las HDL extraen el colesterol de las células hacia el torrente sanguíneo, y las LDL realizan el trabajo complementario, introducen el colesterol hacia dentro de las células, creando más rigidez en sus paredes y aumentando el peligro de que se formen placas de grasa en las paredes de arterias y venas conocidas como ateromas y capaces de provocar una incidencia más alta de accidentes cardiovasculares.

Según el perfil lipídico, los ácidos grasos monoinsaturados del aceite de oliva producen un descenso de las proteínas LDL cargadas con moléculas de colesterol, reduciendo el transporte de este colesterol hacia dentro de las células, por lo tanto realizando una prevención frente a dichas enfermedades cardiovasculares descritas. El proceso de aparición de ateromas es complejo. Las lipoproteínas citadas (HDL y LDL) se oxidan mediante un periodo natural ante la presencia de oxígeno y esta oxidación, especialmente en el caso de la lipoproteína LDL ,es un proceso clave en el proceso de aparición de enfermedades cardiovasculares.

La entrada de las moléculas de LDL oxidadas en las células forman una estría grasa que da lugar a placas fibrosas depositadas en las paredes de las venas y arterias y, en el más grave y peor de las circunstancias, a la rupturas de las paredes, pudiendo acabar este proceso en la muerte.

Las dietas ricas en ácidos grasos monoinsaturados, como los del aceite de oliva son menos propensas a la oxidación de las moléculas de LDL, reduciendo por tanto el riesgo de aparición de estas placas fibrosas y evitando la ruptura de las paredes de venas y arterias. Por tanto, podríamos considerar que el aceite de oliva es un buen alimento con propiedades antioxidantes para nuestras células y capaz de prevenir accidentes cardiovasculares en un entorno de dieta saludable y práctica de ejercicio, así como de buenos hábitos de vida en general.

Además, según el Dr. José Manuel Fernández-Real, “consumir un aporte adicional diario, de entre una y dos cucharadas de aceite de oliva, evita la pérdida de densidad ósea y previene la osteoporosis”, por lo que podríamos concluir que el aceite de oliva es bueno para fortalecer nuestros huesos.

En paralelo al efecto sobre la prevención de enfermedades cardiovasculares, el aceite de oliva tiene un impacto directo en el control tanto de la presión sistólica como de la diastólica, y de la diabetes, ya que regula la producción de insulina pancreática. Igualmente tienen un efecto positivo frente al cáncer disminuyendo la actividad de los oncogenes y estimulan la muerte de las células que forman los tumores.

Por último podríamos concluir con el aporte de vitaminas y minerales, necesarios para nuestro organismo que nos nutren y alimentan de forma beneficiosa en cada cucharada de nuestro oro líquido mediterráneo. Así que, demos luz verde a su consumo y disfrutemos de sus múltiples y saludables variedades. 

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