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Cómo trabaja un psicólogo infantil: guía al detalle

Cómo trabaja un psicólogo infantil: guía al detalle
luis autor

Escrito por Luis Busto

La psicología infantil desempeña un papel crucial en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños. Quédate en CEAC para entender cómo trabaja psicólogo infantil en su día a día.

En esta guía detallada, exploraremos cada etapa del trabajo de un psicólogo infantil, desde la preparación inicial hasta el seguimiento posterior al tratamiento. Los psicólogos infantiles no solo ayudan a abordar problemas puntuales, sino que también fomentan habilidades esenciales para un desarrollo saludable.

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Preparación antes de la primera consulta

El primer paso para comenzar la terapia infantil es una preparación del terreno adecuada. Los padres y/o las madres suelen ser los encargados de contactar al psicólogo, y esta etapa es crucial para sentar las bases de una relación terapéutica exitosa.

  • Elegir al profesional adecuado: no todos los psicólogos infantiles tienen la misma formación o especialización. Es importante buscar a alguien con experiencia en el área específica que afecta a tu hijo, como ansiedad, trastornos del aprendizaje o problemas conductuales.
  • Documentación y recolección de información previa: los padres deben recopilar información relevante sobre el comportamiento del niño, su historial médico, antecedentes familiares y escolares, así como cualquier situación específica que preocupe.
  • Preparar al niño antes de empezar el tratamiento profesional: es esencial explicar al niño, de manera adecuada a su edad, por qué acudirá al psicólogo. Evitar frases negativas como “porque te portas mal” y optar por mensajes positivos como “vamos para que te ayuden con tus emociones” puede marcar una gran diferencia en su disposición.

Evaluación inicial

La primera consulta con el psicólogo infantil suele estar dedicada a una evaluación exhaustiva, cuyo objetivo es comprender las necesidades específicas del niño y su entorno.

  • Entrevista personal con los padres: en esta fase, el psicólogo recopila información detallada sobre el niño, incluidas sus rutinas, comportamientos, relaciones familiares y experiencias escolares. Es un espacio para que los padres expresen sus preocupaciones y expectativas.
  • Observación del niño: durante esta parte, el psicólogo interactúa con el niño a través del juego o actividades específicas. Estas interacciones permiten observar su comportamiento, lenguaje corporal y habilidades sociales en un ambiente natural y no amenazante.
  • Aplicación de pruebas diagnósticas: dependiendo del caso, el psicólogo puede usar herramientas estandarizadas para evaluar aspectos como el desarrollo cognitivo, las habilidades emocionales o posibles trastornos. Estas pruebas proporcionan información objetiva y complementan la observación clínica.

Plan de tratamiento personalizado

Con base en la evaluación inicial, el psicólogo desarrolla un plan de tratamiento personalizado. Este documento guía las sesiones terapéuticas y establece objetivos claros para trabajar con el niño.

  1. Definición de objetivos: los objetivos deben ser específicos, medibles y realistas. Por ejemplo, «mejorar la regulación emocional en situaciones de frustración» o «fomentar habilidades sociales en el ámbito escolar».
  2. Metodologías y técnicas: dependiendo de las necesidades del niño, el psicólogo selecciona estrategias específicas, como terapia de juego, terapia cognitivo-conductual o mindfulness.
  3. Colaboración con otros/as profesionales: en algunos casos, es necesario coordinarse con maestros, pediatras o terapeutas ocupacionales para ofrecer un enfoque integral.
  4. Rol de los padres y las madres: el plan de tratamiento también incluye cómo los padres y madres pueden apoyar en casa, con actividades o cambios en las dinámicas familiares que refuercen el progreso.

Cómo es una sesión típica de psicología infantil

Las sesiones con un psicólogo infantil suelen ser dinámicas y adaptadas a las necesidades y edad del niño o la niña. Aunque cada terapeuta tiene su estilo, algunas características comunes incluyen:

  • Inicio de la sesión: el psicólogo crea un ambiente relajado y acogedor para el niño. Esto puede incluir hablar sobre algo positivo que haya sucedido recientemente o comenzar con una actividad que le guste.
  • Intervención terapéutica: aquí es donde se trabajan los objetivos del tratamiento. Por ejemplo, un niño con dificultades para expresar sus emociones podría realizar actividades artísticas o jugar con muñecos para representar sus sentimientos.
  • Cierre y retroalimentación: al final de la sesión, el psicólogo resume lo trabajado y, si es necesario, da indicaciones a los padres para reforzar en casa.
  • Duración y frecuencia: las sesiones suelen durar entre 45 y 60 minutos, y la frecuencia varía según las necesidades del niño, siendo común una o dos sesiones por semana.

El papel de los padres y las madres durante el proceso terapéutico

La participación de los padres es fundamental para el éxito de la terapia infantil. No se trata solo de llevar al niño a las sesiones, sino de colaborar activamente con el psicólogo.

  1. Asistir a sesiones conjuntas: en algunos momentos, el psicólogo puede solicitar que los padres participen para trabajar en dinámicas familiares o resolver conflictos específicos.
  2. Refuerzo en casa: los padres son los principales agentes de cambio fuera del consultorio. Seguir las recomendaciones del psicólogo y mantener una comunicación abierta con el niño sobre sus emociones puede acelerar el progreso.
  3. Comunicación constante: es importante que los padres y las madres mantengan informados al terapeuta sobre cambios significativos en la vida del niño o la niña, como mudanzas, divorcios o problemas escolares.

Duración del tratamiento y seguimiento

No existe una duración fija para la terapia infantil, ya que cada caso es único. Sin embargo, algunos factores influyen en el tiempo necesario para lograr resultados significativos.

  1. Duración promedio: algunos problemas específicos, como fobias, pueden resolverse en pocas semanas, mientras que otros, como el manejo de trastornos del espectro autista, requieren un trabajo a largo plazo.
  2. Fases del tratamiento: el proceso terapéutico generalmente incluye una fase inicial intensiva, seguida de sesiones de mantenimiento y, finalmente, un seguimiento para prevenir recaídas.
  3. Señales de alta terapéutica: el alta ocurre cuando se han alcanzado los objetivos y el niño demuestra estabilidad emocional y funcionalidad en su entorno. Sin embargo, es común mantener la posibilidad de consultas esporádicas si surgen nuevas dificultades.

Mitos y realidades sobre la terapia infantil

La terapia infantil está rodeada de mitos y leyendas urbanas que pueden generar dudas o expectativas poco realistas. Es importante desmentirlos para comprender mejor su valor. Vamos a encontrar un patrón en estas falsedades, que no se deben creer.

Mito: “Solo los niños con problemas graves necesitan terapia”

Realidad: la terapia también es útil para prevenir problemas mayores y enseñar habilidades que mejoren la calidad de vida del niño.

Mito: “El psicólogo arreglará al niño por sí solo”

Realidad: la terapia infantil es un proceso colaborativo en el que la implicación de los padres, madres y el entorno más cercano a los/as jóvenes es esencial para el éxito.

Mito: “Ir al psicólogo infantil es una señal de fracaso como padre/madre”

Realidad: buscar ayuda profesional demuestra amor, comprensión, responsabilidad y un compromiso con el bienestar del niño.

Mito: “La terapia infantil es igual que la de adultos”

Realidad: los psicólogos infantiles utilizan enfoques específicos, como el juego y las actividades creativas, que se adaptan al nivel de desarrollo cognitivo del niño o de la niña.

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