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Sistemas anticorrosivos para mantener la carrocería de tu coche como nueva

Sistemas anticorrosivos para mantener la carrocería de tu coche como nueva

Escrito por Ricardo Romero

Se puede concebir la carrocería como una caja especial destinada para transportar personas o mercancías, durante la circulación del automóvil. La función principal de la carrocería es alojar y proteger a los pasajeros del vehículo. A través de los años ha sufrido importantes transformaciones; a finales del siglo pasado y principios del actual, los automóviles se construyeron sobre carrozas de caballos de la época; después se ideó un chasis rígido sobre el que se montaban los elementos mecánicos y una carrocería diseñada para este fin. Todo ello formaba un conjunto más o menos armonioso y seguro. Por esta gran importancia, debemos cuidar la carrocería de nuestro vehículo.

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La corrosión, como afecta a un sistema anticorrosivo

El fenómeno de la corrosión en el acero de los vehículos provoca una pérdida muy importante de las propiedades mecánicas y físicas de las chapas de acero de los vehículos que se construían antiguamente, los vehículos actuales y los vehículos que se puedan construir en un futuro, mediante acero. Debido a la pérdida de estas propiedades, los vehículos ven reducida su resistencia a deformaciones y puede haber zonas que se vean debilitadas por estar próximas a una zona oxidada. Esto hace que en caso que el vehículo sufra alguna colisión, la zona oxidada no actuará como debería y esto repercute en la seguridad. Para que esto no ocurra es imprescindible la protección de la chapa del vehículo, sea cuando sea, ya sea en fabricación o en reparación de la misma, para evitar así las agresiones a la chapa de acero de los vehículos.

En el diseño, ya empieza el sistema anticorrosivo

La corrosión puede estar condicionada por diferentes factores que pueden hacer que el proceso de la corrosión aparezca más rápidamente o incluso que se acelere de manera muy brusca. Estos factores son los siguientes: factores ambientales, como son las atmósferas calientes y húmedas, las zonas costeras, zonas donde llueve mucho, zonas donde nieva mucho y se hecha mucha sal en las carreteras, o en las zonas industriales. Como bien se indicaba anteriormente, una buena protección anticorrosiva empieza desde el diseño del vehículo. En el proceso de diseño, los diseñadores evitan que existan zonas en las que la corrosión pueda tener mayores facilidades de aparecer. Esto se consigue diseñando una carrocería con el menor número de piezas posibles para evitar así las zonas de soldadura y a su vez que estas soldaduras queden expuestas a la intemperie. También se intenta diseñar las carrocerías para que haya el menor número de orificios ciegos donde se pueda acumular polvo y humedad, creando así condensaciones que son causantes de la aparición de óxido.

El sistema anticorrosivo en la fabricación

Generalmente todas las piezas del vehículo que son de acero son protegidas en fabricación, ya que estas están expuestas al ataque de la oxidación, y por esta causa las chapas deben de protegerse con cuidado y teniendo la precaución de que la protección que se aplica llega a todos los rincones posibles del vehículo. Sin embargo como ya se ha comentado, no todas las piezas de acero del vehículo están protegidas, como por ejemplo los discos de freno. Estos discos de freno debido a su función no están protegidos ya que estos, están en continuo contacto con unos ferodos que hacen que por fricción el disco de acero se detenga. Si los discos de freno llevasen protección los ferodos se saturarían con la protección del disco y no llegarían a frenar el disco, pudiendo llegar a provocar algún accidente. También nos podremos encontrar corrosión en aceros aleados e incluso en otros materiales que no son el acero, como es el aluminio. Estos materiales se están utilizando cada vez más en el mundo del automóvil, los aceros aleados porque son más resistentes y el aluminio porque es más ligero.

Reconformado, un sistema anticorrosivo

El reconformado consiste en eliminar las deformaciones producidas por un golpe o siniestro mediante el trabajado manual de la chapa. Las operaciones comprendidas en este proceso requieren por un lado una habilidad y precisión del operario que lo realiza y, por otro, la utilización de las técnicas y herramientas adecuadas. Se trata de una operación fundamental que todo chapista ha de dominar. La experiencia y práctica combinada con un juego variado de tases, martillos y palancas permitirán restablecer las formas originales de las superficies de chapa. El proceso normal de trabajo para el reconformado de una pieza siniestrada consiste en tres fases. La primera es un restablecimiento “basto” de la superficie que devuelva de forma aproximada la curvatura original de la chapa. Después se realiza una operación de limado para comprobar y repasar las pequeñas imperfecciones que hayan podido quedar. Por último, se lleva a cabo un proceso de lijado final en torno a la zona trabajada para obtener una transición perfecta a las superficies adyacentes, de tal forma que el pintor pueda conseguir un perfecto acabado.

En el momento de analizar la pieza siniestrada y decidir si la pieza ha de sustituirse o repararse, o qué técnica de reparación utilizar, es necesario valorar una serie de factores y adoptar la solución que más se ajuste al doble requerimiento de mantener la estética original del vehículo y la seguridad del mismo. ¿Cómo cuidas la carrocería de tu vehículo?